sábado, 25 de abril de 2020

Degustar el poder del Evangelio

“Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, el cual lo resucitó y lo glorificó; así que ustedes han puesto su fe y su esperanza en Dios.”
1 Pedro 1,21


“En cierta ocasión un no creyente estaba dando una charla acerca de la ‘no existencia de Dios.’  Él decía, ‘Dios no existe, nadie lo ha visto, ha sido un invento para engañar a la gente,’ y continuó un buen rato en su argumentación contra la existencia de Dios. Al terminar la charla, invitó a los oyentes que tuvieran inquietudes a preguntar lo que quisieran.  Entonces, se levantó un creyente que había seguido muy atento la charla, y que estaba comiendo una naranja, le preguntó: ‘Amigo mío, ¿esta naranja que estoy comiendo está dulce o ácida?’  El ateo, muy enojado, le contestó, ‘¿cómo voy a saber si no la he probado?’. El creyente respondió: ‘Entonces, ¿cómo usted puede asegurar que Dios no existe, si no lo ha probado?’” Y nosotros, ¿hemos probado a Dios? ¿Hemos degustado el poder del Evangelio de Cristo? Es por medio de Cristo que podemos creer en la existencia de un Dios que nos ama y nos cobija con cariño. Pues es Dios quien lo resucitó y lo glorificó. Si el misterio glorioso de la Pascua de resurrección se hizo carne en nosotras, si el tránsito de la muerte a la plenitud de vida ha comenzado a realizarse en medio nuestro a partir de esa tumba vacía, podemos entonces poner nuestra mirada, nuestra fe y esperanza, en aquel que ha hecho posible ese misterio y esa tumba. Degustar la buena nueva de Jesús en nuestras vidas es degustar la existencia de un Dios que lo hace posible. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario