El tema de reflexión de este año fue la ecología, en especial, una pastoral hacia quienes están relacionadas con el monocultivo de la soja.
Durante los dos primeros días trabajamos desde exposiciones, grupos y plenarios. Vimos que estamos prisioneros de un sistema perverso que nos ha hecho creer que la única forma de producción es la que proponen los grandes capitales y que el hambre del mundo es lo que lo impulsa, cuando en realidad la gran producción no apunta hacia saciar el hambre, sino a engrosar el bolsillo de unos pocos.
¿Si se puede cambiar?
¡Claro que sí! Pero es necesaria una concientización y animarse a buscar sistemas alternativos, economías regionales, relaciones directas entre productor y consumidor, y volver a alimentarnos con los productos estacionales.
Vimos que no se trata de presionar a quienes ya están presionados, sino a alentar a quienes buscan otras alternativas más sanas e independientes.
Durante las mañanas y las noches tuvimos devocionales a cargo de los diferentes distritos. Este espacio es muy confortante y enriquecedor para todos y todas.
También tuvimos la visita de la Pastora Friederike Deeg, Secretaria para América Latina de la EKD.
Las Pastoras estuvimos reunidas para organizar algunas actividades con motivo de los 30 años de la primera mujer ordenada en la IERP.
Finalizamos la Conferencia con un devocional acorde al tema, en medio de la naturaleza y tomando en cuenta que somos parte de ella y tenemos mucho para aprender para armonizar y liberarnos de tantas ataduras que nosotrxs mismxs nos hicimos.
Aquí está el grupo de Ministros y Ministras que estuvimos presentes en la Conferencia.
Cada año es una bendición el poder encontrarnos y trabajar juntxs, intentando lograr un mismo sentir. Tenemos que agradecer también a la Congregación San Juan, que año a año nos reciben con tanto cariño y desprendimiento. Gracias a todos y a todas, y por supuesto a Dios quien nos sostiene y nos convoca.
Estela Andersen