A fines de 2016, Morena, Malena y Silvina, tres jóvenes de la comunidad de Alpachiri, tomaron la decisión de realizar su curso de confirmación en un solo año, debido a que a su pastora se le terminaba el tiempo en la Congregación.
Después de un intenso año en donde se reunieron mensualmente, tuvieron tres encuentros intensivos, y finalmente, en Febrero, el campamento en donde sistematizaron todo lo aprendido y prepararon un material para presentar el sábado 17, lograron lo que se habían propuesto. Su gran voluntad las llevó a poder lograr sus objetivos.
En la tarde del sábado, una vez finalizado todo el trabajo, como premio, fuimos a tomar un helado... siempre está bueno matizar el esfuerzo con un momento de dulzura.
El sábado a la noche tuvieron su presentación frente a la comunidad.
Estaban muy nerviosas, pero la comunidad las escuchaba atenta.
Cuando la pastora preguntó a la comunidad si consideraban que estas jóvenes estaban en condición de confirmarse, la respuesta fue afirmativa y un gran aplauso inundó la iglesia.
El domingo 18 de febrero, con emociones encontradas, finalmente confirmaron su fe en Dios.
Ya dejaron atrás la escuelita bíblica, ahora deciden vivir su fe responsablemente.
Cuando llegó el momento de recibir la bendición, pasaron adelante, y la pastora le dijo estas palabras:
"Queridas chicas:
¡Qué puedo decir un día como éste, en el que están asumiendo formalmente un compromiso que hace tantos años asumieron, lentamente, sin darse cuenta! Sí, es así.
Y hace diez años que estoy en esta congregación, las he visto crecer, literalmente… y en todos los ámbitos. Todavía recuerdo cuando comenzaron a venir a la Escuelita Bíblica cuando aún no sabían leer ni escribir. ¡Todo un desafío el preparar clases bíblicas para criaturas tan pequeñas!
Hemos amasado, cantado, recortado, actuado, leído… hemos aprendido: ustedes de mí y yo de ustedes.
Creo, sin temor a equivocarme, que lo que más han disfrutado son los campamentos de niños en el parque… el infaltable pan de palo, las artesanías navideñas, las carpas y el albergue… tenemos muchas anécdotas para recordar: ¿se acuerdan cuando por la tormenta terminamos durmiendo en el vestuario de los baños de mujeres del parque? Esa misma vez, fueron los cuentos de terror… y el coágulo petrificado… ¿Y la vez que hicimos la caminata hasta las vías? ¡Cuántos mosquitos!!! ¡y de todos los tamaños!... La vez que los premiamos con un helado por su buen comportamiento… pero peregrinamos por todo el pueblo hasta encontrar una abierta!!! Hicimos masitas, búsqueda de las 10 maravillas y bombas de semillas… ¡Cuántos recuerdos! Y ustedes creciendo cada año…
Hemos compartido muchas cosas, las he visto crecer en la fe, y eso es lo que más me alegra.
A fines del 2016 ustedes me propusieron un desafío muy importante: hacer la preparación para la confirmación sólo en un año… algo realmente muy difícil que requirió de ustedes un esfuerzo muy grande… dos en uno, dúo, como dirían hoy.
¡Y lo lograron! Después de mucha tarea extra, fines de semana intensivos… ¿se acuerdan cuando tocó habar sobre la mayordomía, la diaconía y la organización de las congregaciones y de la IERP? ¡Qué bravo fue eso!... pero lo lograron, y espero que lo hayan podido fijar, pero sobre todo que nunca pierdan ese compromiso que ustedes asumieron. Que el curso de confirmación sea sólo el inicio de un camino que más adelante las convierta en las líderes locales, o tal vez congregacionales… y por qué no a nivel de toda la Iglesia!!!
Pero bueno… lo que sea, será, y no es el momento de soñar, sino de desearles que este día que hoy están viviendo sea inolvidable, que nunca se apague la llama del Espíritu Santo que arde en sus corazones.
Quiero agradecer a Dios el haberlas conocido y de haber tenido el privilegio de ser su maestra bíblica, y luego quien las preparara para la confirmación, que es hoy:
Hoy confirman su Bautismo, aceptan el hermoso desafío de nada contra la corriente, esto es, de ser cristianas.
Que Dios las bendiga y las acompañe siempre. Que no duden de acercarse siempre a la comunidad cuando necesiten fuerzas, porque es el único lugar en donde pueden descansar, porque es su familia en Cristo."
Luego del Credo Apostólico, la pregunta de rigor: si desean servir a Cristo con todos sus dones, con todo su tiempo, esfuerzo y bienes, a lo que respondieron:
"Si, con la ayuda de Dios".
Luego cada una, con un versículo elegido por la pastora, recibió la bendición:
Morena Alvarez
Malena Fernández
y Silvina Soto.
En esta nueva etapa, ya transitando la fe asumida, Dios la va acompañar como siempre lo hizo, pero la vida no siempre es tan fácil, por lo que el compromiso no lo asumieron ellas solas, sino que la comunidad también se comprometió a acompañarlas, a se su familia y a no darles malos ejemplos.
Muchas gracias, chicas, por los hermosos momentos compartidos durante estos diez años.
¡Que Dios las bendiga!
Estela Andersen