martes, 19 de mayo de 2020

Pagado con un vaso de leche

“…la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro.” 1 Timoteo 4,8


“Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. En la siguiente casa que visitó, la mujer que le atendió pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche. Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó: ¿Cuánto le debo? No me debes nada, contestó ella con una sonrisa, nunca acepto pago por una caridad. Él le dijo: ¡Entonces, te lo agradezco de todo corazón! Muchos años después esa mujer enfermó gravemente. El doctor que la atendió la reconoció enseguida. Era aquel joven del vaso de leche. El joven, en cuanto la reconoció, se dedicó a hacer lo mejor posible para salvar su vida. Cada día la atendía con gran esmero y especial cuidado. Después de un largo tiempo de lucha, ¡ella ganó la batalla! ¡Estaba totalmente recuperada! El joven doctor que la había tratado, pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. Él la revisó y firmó. Además escribió algo en el borde de la factura y la envió al cuarto de la paciente. La cuenta llego al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos. Finalmente la abrió, y algo llamó su atención: En el borde de la factura leyó estas palabras: Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche.”  

No hay comentarios:

Publicar un comentario