jueves, 7 de mayo de 2020

El constructor de puentes

“…deben seguir haciendo el bien y poner sus almas en manos del Dios que los creó…” 1 Pedro 4,19


Comparto un cuento de Elena Fernández Bayo titulado ‘El constructor de puentes’. “Dos hermanos que vivían en fincas vecinas, separadas solamente por un pequeño arroyo, entraron en conflicto. Lo que había empezado con un pequeño mal entendido explotó en un intercambio de palabras ásperas, seguidas por semanas de total silencio. Una mañana, el hermano mayor oyó que golpeaban a su puerta. Al abrirse vio un hombre que llevaba una caja de herramientas de carpintero en la mano. Estoy buscando trabajo, le dijo, quizá usted tenga algo para hacer. ¡Sí!, dijo el campesino, claro que tengo trabajo para ti. Ves aquellos campos más allá del arroyo. Son de mi hermano menor. ¡Nos peleamos y no puedo soportarlo más! Quiero que construyas una cerca bien alta para que no tenga que verlo más. Con seguridad haré un trabajo que lo dejará satisfecho, dijo el carpintero. El hombre trabajó arduamente todo el día. Anochecía cuando terminó su obra. El campesino regresó y sus ojos no podían creer lo que estaba viendo. ¡No había ninguna cerca! En vez de la cerca había un puente que unía las dos orillas del arroyo. Al mirar hacia el puente, vio al hermano aproximándose de la otra orilla, corriendo con los brazos abiertos. Por un instante permaneció inmóvil. Pero, de repente, en un único impulso, corrió hacia su hermano y se abrazaron llorando en el medio del puente. El carpintero estaba marchándose cuando le pidieron emocionados: ¡Espera! Quédate con nosotros algunos días. Pero el carpintero le contestó: me gustaría mucho quedarme, pero, lamentablemente, tengo muchos otros puentes para construir.”

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