sábado, 30 de mayo de 2020

Buscar con el corazón

“…busca la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con todos los que con un corazón limpio invocan al Señor.” 2 Timoteo 2,22


Escribe Antoine de Saint-Exupéry en ‘El Principito’: “No era un agujero excavado en la arena. Era un pozo rústico, como el de un poblado. ¿Qué hacía ahí, en medio del desierto? Los hombres se encierran en los trenes pero no saben lo que buscan. No merece la pena, dijo el principito. El niño intentó mover la cuerda para izar el cubo. La polea chirrió como una veleta oxidada. Escucha cómo canta el pozo. Le hemos despertado y canta. Trae, yo te ayudaré, dije mientras movía la cuerda y escuchaba cantar a la polea. Dame de beber, tengo sed de esta agua, dijo el principito. Entonces entendí lo que había buscado. No era el alimento en sí, sino el resultado de esa caminata bajo las estrellas y del esfuerzo de mis brazos por izar el cubo. Era el agua buena para el corazón, un regalo. En tu tierra los hombres cultivan cinco mil rosas juntas pero no encuentran la que buscan, dijo el principito. Y sin embargo, lo que buscan podría estar en una sola rosa o en un poco de agua de un pozo. Seguramente, dije. Pero no saben buscar porque buscan con los ojos que son ciegos y no con el corazón que sí ve.” Buscar con el corazón. Buscar la justicia, la fe, el amor y la paz. Buscar aquello invisible que Dios hace presente y visible en Cristo. Buscarlo en el camino. En lo cotidiano y simple. Buscarlo junto al otro, la otra; encaminando los pasos hacia nuestro Norte, camino al Reino. 

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