lunes, 8 de junio de 2020

Las tres monedas de oro

“Pues Dios ha mostrado su bondad, al ofrecer la salvación a toda la humanidad.” Tito 2,11


“Un hombre muy acaudalado anunció que cualquier persona que pasara necesidad acudiera la víspera de la Navidad a su palacio y recibiría ayuda. Llegó el día señalado y multitud de personas acudieron al palacio para recoger su regalo. El hombre les anunció: Cuando entren en la casa, unos sirvientes les acompañarán a una gran habitación. Sobre una mesa encontrarán monedas de oro, y sobre otra, muchas Biblias. Vayan pasando de uno en uno y elijan lo que más necesiten: Una moneda de oro o una Biblia. ¡Sólo pueden tomar una cosa! La gente fue entrando a la habitación, y sin pensarlo dos veces, todos se dirigían a la mesa con el oro. Cuando estaban a punto de cerrar las puertas exteriores del palacio, un pobre hombre entró nervioso a la habitación, miró ambas mesas y sin dudarlo se acercó a la que contenía las Biblias y tomó una de ella. Luego abandonó contento el palacio pensando: Comida siempre podré conseguir, pero una Biblia para conocer más a Jesús, no lo creo. Estaba atravesando las rejas exteriores del palacio cuando desde lejos, el señor de la casa y los sirvientes lo oyeron cantar alabanzas a Dios mientras daba saltos con gozo. Los sirvientes, un tanto extrañados, llamaron la atención del señor: ¡Parece que ha enloquecido! Pobre hombre, ahora tendrá mucho para leer, pero enseguida estará con el estómago vacío. A lo que el hombre les respondió: Ustedes están muy equivocados. Dentro de cada una de las Biblias había puesto tres monedas de oro. Sólo este hombre supo elegir lo que era mejor para su vida.” 

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