Se sumó a esta bendición que coincidiera en el marco del Campamento Congregacional de Niños y Niñas, en el culto de cierre.
Los niños y niñas habían trabajado cómo ser luz en medio de las catástrofes naturales y los accidentes provocados por el ser humano. Como símbolo de ser luz decoraron velas con lentejuelas, canutillos y mostacillas, y decoraron una extra especialmente para Paulina,
y se la entregaron en el culto, dándole así la bienvenida a la gran familia de Dios a través de Jesucristo.
De esto mismo se trató la reflexión preparado especialmente para Paulina. Como hijos e hijas de Dios, adoptados por su gracia, somos llamados a dar testimonio, a hacer la diferencia, y a seguir transmitiendo la Palabra y la fe en ella, como lo hicieron nuestros antepasados.
¡Bienvenida, Paulina, a la Iglesia de Cristo! ¡Que Dios te bendiga y te acompañe siempre!
Estela Andersen
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