El mensaje en esta ocasión fue inspirado en 1 Corintios 13, enfatizado en el amor como el motor fundamental de todo cristiano. Amar se aprende siendo amado. Dios nos crea por amor, por lo que desde el origen tenemos la capacidad de amar. Pero los seres humanos somos concretos, por lo que para que un niño pueda amar, necesita criarse en un entorno de amor, o al menos tener un espacio en donde es amado. Ésa es la función de la comunidad cristiana: ser un espacio de amor y contención, pero también de modelo para los niños y jóvenes, sobre todo.
Después del compromiso de los padres y padrinos de educar a Ariadna en la fe cristiana, llegó el momento del Bautismo en sí... y la pequeña estaba bastante temerosa, ¡pero pasó rápido!
Y así, la comunidad le dio la bienvenida con un aplauso a esta nueva miembro del Cuerpo de Cristo. ¡Que Dios te bendiga, Ariadna!
Estela Andersen
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