“…pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.” Marcos 12,44
“Los manteles blancos y los centros de mesa daban al salón un aspecto festivo conforme se llevaban a cabo los preparativos para la fiesta navideña de nuestra familia. Mientras esperábamos, noté una mesa donde había un frasco vacío con una etiqueta que decía: Para la Navidad de una familia necesitada, y pedí en oración que para el final de la fiesta el frasco estuviera lleno. Al hacer los preparativos para la fiesta, nos habíamos enterado que el esposo de mi prima se había quedado sin trabajo hacía ya más de un año. La fuente principal de ingresos de la familia provenía de repartir periódicos, lo que requería que empezaran a trabajar a las cuatro de la mañana todos los días. La mayor parte de su ingreso se utilizaba para pagar las necesidades básicas, lo cual dejaba poco para las cosas que deseaban. La familia de mi prima fue una de las primeras en llegar. Los observé mientras se dirigían hacia las mesas, para lo cual pasaron junto al frasco de Navidad. Al acercarse, el esposo de mi prima se detuvo para leer lo que decía la etiqueta del frasco y, sin vacilar, sacó su billetera, sustrajo unos billetes y los puso en el envase, sin saber quién era la familia necesitada. Habíamos tenido la esperanza de darle a su familia algo esa noche, lo cual hicimos después; pero al haber hecho una donación en su momento de necesidad nos demostró que, en lo que se refería a lo que más importaba, él ya era un hombre rico.”
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