martes, 22 de septiembre de 2020

La torre del arrepentimiento

“…Juan pasó por todos los lugares junto al río Jordán, diciendo a la gente que ellos debían volverse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonara sus pecados.” Lucas 3,3

En las cercanías de Hoddam Castle, Dumfrieshire (Escocia), había una torre llamada La Torre del Arrepentimiento. Se refiere que en cierta ocasión un barón inglés, al caminar cerca de ese castillo, vio a un pastorcito que estaba tendido sobre el césped y leyendo atentamente la Biblia. ¿Qué estás leyendo, muchacho?, preguntó el transeúnte. La Biblia, señor, respondió el niño. ¡La Biblia! Tú debes ser más sabio que el cura párroco. ¿Puedes decirme cuál es el camino para ir al cielo? En seguida el pastorcito, sin desconcertarse por el tono burlón de aquel hombre, repuso: Sí señor, puedo: usted debe tomar el camino hacia aquella torre. El barón se dio cuenta de que el niño había aprendido muy bien la lección de su libro, y después de pronunciar una insolencia siguió su camino en silencio. Lector: ¿Ya has estado en La Torre del arrepentimiento? Si no..., pues ya sabes: debes entrar en ella...” La exhortación del profeta es clara: Hay que volverse a Dios en busca del perdón. Recibir el bautismo como señal de ello. Esto requiere un profundo examen de conciencia. El poder pensar cómo estamos, cual es nuestra condición. Y, cada vez que examinamos nuestras vidas, ver aquellas actitudes que nos separan de Dios y del hermano, y, así, arrepentirse de las mismas. La Biblia, Palabra de Dios, es la guía que nos permite conocer y vislumbrar nuestro yerro. La humildad, la condición que permite aceptar nuestra condición y encaminar nuestros pasos hacia el perdón de Dios. 

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