La lectura que nos convocó fue 1 Pedro 1:3-9.
En un primer primer momento compartimos lo que nos llamó la atención del texto. Una de las cosas que más se repitió fue la alegría que provoca la fe en el Cristo Resucitado, pero también el hecho de que nuestra fe no está libre de pruebas.
En un segundo momento compartimos lo que el texto nos dice a cada uno de nosotros esa noche. Ese fue un momento más íntimo, aprovechando que el grupo era pequeño. Compartimos los momentos de nuestras vidas y nuestra visión hoy de la fe y la alegría de sabernos protegidos por Dios.
En el tercer momento, en donde compartimos a qué nos desafía el texto, una de las ideas más fuerte fue la de lograr expresar y compartir para afuera la alegría que nos produce la fe en el Resucitado, pero a la vez también, el dejarnos acompañar en las dificultades y descansar en Dios.
Siempre este espacio es de bendición y crecimiento espiritual. Nos alegra comenzar "en casa" esta actividad tan hermosa del Grupo Ecuménico.
Como no podía ser de otra manera, al final compartimos una picadita a la canasta.
Estela Andersen
No hay comentarios:
Publicar un comentario