La fecha tan esperada había llegado. Caro estaba hermosa del brazo de su padre. Su vestido rosado decía: ya es una mujer, pero su cara inocente todavía dice: soy una niña que desea vivir experiencias nuevas, experiencias que me vayan formando como mujer.
La fiesta se hizo en un antiguo "boliche" que a la gente de cuarenta trajo muchos recuerdos de otros tiempos, tiempos en donde tenían la edad de Caro.
¡Que Dios te bendiga!
Estela Andersen
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