El 2° Domingo de Adviento, 4 de Diciembre, en la comunidad de Bahía Blanca, en Castelar 2257, realizamos la propuesta de la Red de trabajo sobre VIH-SIDA de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, no sólo con la finalidad de instalar el tema, sino convencidos/as de que el lema de la celebración: "Dios defenderá a los débiles y los revestirá con su justicia", es posible, y la construimos entre todos y todas.
El culto comenzó con este video que no sólo nos informa acerca del VIH-SIDA, sino que nos desafía en el modelo de Iglesia que queremos ser.
Encendimos dos velas de la corona de Adviento y recordamos que este tiempo es un tiempo de preparación para recibir a Jesús, y es muy necesario hacerlo.Después de agradecer a Dios por habernos reunido en su nombre y de saber que siempre está con cada uno de nosotros/as, recordamos que hace ya más de 35 años del descubrimiento del virus, y aún hoy millones de personas viven con VIH en el mundo, por lo que ya es hora de “darle la cara al VIH”, porque sólo así será posible una nueva generación libre de esta epidemia.
Confesamos que pecamos al no informarnos, al desconocer, al tener miedo y por lo tanto levantar barreras que nos distancian de nuestro compromiso, endurecen nuestro corazón y nos separan de la comunión con aquellos y aquellas que sufren por el virus del VIH-SIDA. Pedimos perdón a Dios por ello.
Jesucristo vino al mundo para liberarnos de todo eso y a que asumamos nuestra responsabilidad con las personas con las que compartimos la humanidad, tan diversa y rica,
pero también el cuidado de los animales, que nos fueron encomendados por Dios, pero que muchas veces hemos puesto en peligro de extinción.
Estamos a tiempo de revertir esto, y muchos/as ya lo estamos haciendo.
A partir de la reflexión de Mateo 3:1-12, que se centró en nuestra hipocresía con los/as demás y con nosotros/as mismos/as, cada uno/a escribió en un papel aquello que está dentro de nosotros/as y no nos permite ser auténticos/as: los miedos, los preconceptos, la ignorancia, la falta de amor...Después de la celebración de la Santa Cena, ya llegando a la oración de intercesión, fuimos pasando para quemar el papelito, como una forma de terminar con aquello que no nos deja vivir una vida íntegra, siendo nosotros/as mismos/as, tomando la idea del fuego como lo que purifica, pero también pensando en el texto que habla acerca de quemar la paja y dejar la semilla.
La idea de este gesto fue la de liberarnos de las ataduras que nos hemos impuesto o que hemos heredado.
Cada persona que quemaba su papel tomaba una cinta roja con la inscripción VIHIDA "detrás del SIDA hay una VIDA". Quien quisiera se podía llevar cintas para regalarle a un ser querido.
Estela Andersen
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