Vimos cómo Jesús explicaba a la gente cómo es Dios, entre otras cosas, a partir de la figura de un padre que ama a sus hijos.
Conversamos acerca del amor de Dios y también de nuestro papá como el que no hace diferencias, sino que ama a todos sus hijos e hijas por igual. Lo que pasa es que se ocupa más de aquel o aquella que lo está necesitando, por eso no tenemos que tener celos los unos de los otros.
Luego, los niños y niñas realizaron una artesanía.
Primeramente un candelabro o portavelas de porcelana fría.
Luego revistieron velas panales de diferentes colores.
Recortaron hojas y flores de diferentes colores y una cinta naranja.
Así quedaron las velas, una por familia. L@s herman@s trabajaron en equipo.
Mientras que los chicos y chicas trabajaban, en la cocina
Walter preparaba unos deliciosos wafles, como para contrarrestar el frío.
Una vez listas las velas y la merienda. Los niños y niñas se sentaron a la mesa, cantamos la canción de la ofrenda,
y atacamos los wafles.
Las opciones eran: dulce de leche o de frutilla.
Claro, algunas caritas también quedaron "untadas" con dulce.
En el culto del domingo, en el momento de los anuncios, tuvimos un momento especial por el día del padre.
Luego contamos lo que habíamos trabajado con los niños y niñas, y llamamos adelante a los padres y las madres que los representaban para entregarles el regalo realizado por sus hijos e hijas.
También sorteamos una vela entre los padres que habían ido al culto (que eran pocos). Lo ganó Gabriel Rauser, toda una sorpresa para él.
Como cierre, vimos este video tan emotivo.
A pesar del frío y de las celebraciones del día del padre, hubo un grupito de valientes que se acercó a agradecer y alabar a nuestro Padre del cielo, que nos sostiene, nos cuida y nos da todo lo necesario para nuestras vidas.
Estela Andersen
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