miércoles, 4 de mayo de 2016

“Al recibir a las niñas y los niños, me reciben a mí” - Día Mundial de la Oración en la Comarca Viedma - Patagones

El viernes 29 de Abril, a las 19.30, el Grupo Ecuménico de la Comarca Viedma-Patagones (conformado por las Iglesias Católico-Romana y Evangélicas Bautista, Metodista y del Río de la Plata) celebró el Día Mundial de la Oración 2016 en el templo de la Iglesia Evangélica Metodista de Carmen de Patagones, en Suipacha 123.
Bajo el lema "Al recibir a las niñas y los niños, me reciben a mí", las mujeres cubanas prepararon los materiales para la celebración, ya que Cuba fue el país elegido para que oremos y ofrendemos en esta oportunidad.
Ese día, mientras que la gente iba llegando le invitaban con café o limonada.
 
 La celebración comenzó con un video con música e imágenes de Cuba.
Luego entró caminando lentamente una mujer llevando una Biblia, que luego colocó en el altar, diciendo:
"Me llamo Juana. Traigo en mis manos la Palabra de Dios. Muchas de las mujeres cristianas de mi generación mantuvimos la fe aun cuando se nos discriminaba por creer en Dios y reunirnos a celebrar. Trasmitimos la Palabra de Dios a nuestros nietos y nietas. Por nosotras ellos supieron del Dios que los ama y fueron creyendo en El. Permanecimos abriendo nuestros templos cuando muy pocas personas asistían, fuimos las piedras vivas que dieron razón de su esperanza; por eso, somos mujeres con experiencias de resistencia y dolor, pero también con la alegría de ver cómo la verdad florece y la Palabra de Dios es recibida con alegría en nuestro pueblo. Alabado sea Dios."
Luego, una segunda mujer, que llevaba una canasta con maíz, calabaza, batata y otras verduras, que también dejó en el altar diciendo:
"Mi nombre es Yamilka. Soy una mujer con múltiples jornadas de trabajo: la jornada laboral, la atención a la iglesia y a la familia.  Les traigo frutos de la tierra porque las mujeres de mi generación tienen la responsabilidad de hacer la comida diaria con creatividad y alimentar a sus hijos e hijas. Un plato tradicional cubano es el ajiaco. Es un caldo en el que se unen los diferentes frutos que producimos: la yuca, el boniato, la calabaza, la malanga, el plátano y el maíz. Esta mezcla es muy sabrosa y cada fruto hace su aporte, dando lugar a un nuevo sabor. Así es nuestra vida, somos diversas: médicas, arquitectas, maestras, constructoras, pastoras, músicas, peluqueras, obreras agrícolas, cuentapropistas, etc… pero a todas nos une algo: la creatividad para alimentar y cuidar  de la familia en la lucha por la sobrevivencia, y el aporte que hacemos a la sociedad con nuestros dones y sabiduría. Nosotras le damos sabor a la vida diaria. Alabado sea Dios."
Pasó otra mujer, más joven, llevando una vela encendida, que dejó en el altar, diciendo:
"Mi nombre es Liudmila, desde muy pequeña escuchaba los relatos bíblicos que me contaba mi abuela Juana. Asistía con ella a la iglesia, a las diferentes actividades y a la escuela de verano que daban todos los años para niños y las niñas. Sigo su camino en mi grupo de jóvenes. Represento a las mujeres jóvenes que con la luz de mi generación ansían iluminar las oscuridades de nuestro contexto. Hemos estudiado gratuitamente, tenemos una carrera universitaria, y estamos aportando a nuestras familias y comunidades. A pesar de esto no logro los recursos necesarios para satisfacer las necesidades propias y de mi familia. La crisis económica del país nos golpea hace años, nuestros salarios no alcanzan. El éxodo nos sigue desangrando; muchas de mis amigas y amigos residen ahora fuera del país, cada despedida hace crecer en mí un gran sentimiento de soledad y frustración. Yo confío que las luces de mi generación ayudaran a encontrar caminos a muchos jóvenes, hombres y mujeres que no vislumbran el porvenir en nuestro país. Nuestra descendencia tiene derecho a disfrutar de esta tierra tan hermosa que Dios nos confió. Alabado sea Dios."
Una joven entró con una maraca, después de hablar, la hizo sonar y la dejó en el altar:
"Yo soy Olivia, vengo de la zona oriental y  traigo la alegría y el ritmo. Me gusta mucho asistir a la iglesia todos los domingos y hablarles a mis amiguitos de Dios. Yo vivo con mi mamá. Mi papá es médico y cumple misión en Venezuela. Yo me siento muy orgullosa de él, pero extraño mucho a mi papito. Aunque mi mamá no me acompaña a la Iglesia, siempre le cuento lo que allí me enseñan."
Otra joven pasa con un coco con azúcar, que luego deja sobre el altar:
"Yo soy Ana Paula, vengo de la zona central y les traigo el amor en este  trozo de caña. En  Cuba todos los niños y niñas jugamos con nuestros compañeritos de aula, y también con los amiguitos del barrio. Asistimos a la escuela, y aunque en ocasiones los adultos no nos escuchan, nos sentimos queridos y no tenemos que trabajar para vivir."
Finalmente, una niña, en medio de la comunidad dice:
"Yo soy María Carla, vengo de la zona occidental y me gusta venir a la iglesia, donde me siento muy alegre y canto con los otros niños y niñas. Y ahora les invito a saludarnos como lo hacemos en Cuba: con un beso en la mejilla y un abrazo, o dándonos las manos y  decimos:
¡Buenas noches!
Vamos  a saludarnos con alegría." 
Después la gente de la comunidad reunida se saluda.
Una vez que todos y todas toman asiento, hay un momento de confesión de pecados, expresando sobre todos aquellos que tienen que ver con la realidad de Cuba, que tanto se parece a la realidad de muchos otros países.
Luego el anuncio de la gracia. Lo que ya nos prepara para escuchar la Palabra.
Una mujer caracterizada de cubana da lectura al texto de Isaías 11: 1-10:
"Una vara saldrá del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor; el espíritu de sabiduría y de inteligencia; el espíritu de consejo y de poder, el espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Su deleite será temer al Señor. No juzgará según las apariencias, ni dictará sentencia según los rumores. Defenderá los derechos de los pobres, y dictará sentencias justas en favor de la gente humilde del país. Su boca será la vara que hiera la tierra; sus labios serán el ventarrón que mate al impío. La justicia y la fidelidad serán el cinto que ceñirá su cintura.
El lobo convivirá con el cordero; el leopardo se acostará junto al cabrito; el becerro, el león y el animal engordado andarán juntos, y un chiquillo los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león comerá paja como buey. El niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la cueva de la víbora. Nadie hará mal ni daño alguno en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará saturada del conocimiento del Señor, así como las aguas cubren el mar.
Cuando llegue ese día, sucederá que los pueblos irán en busca de la raíz de Isaí, la cual se plantará como estandarte de las naciones; y su habitación será gloriosa.
Cuando llegue ese día, sucederá que el Señor levantará una vez más su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Jamat, y en las costas del mar;" ¡Aleluya!
Un niño lee el Evangelio según San Marcos 10:13-16
"Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendieron a quienes los habían llevado. Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. De cierto les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Entonces Jesús tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos, y los bendijo." Amén.
"Jesús no está rechazando ideas en cuanto a los niños, sino a la actitud  hacia a los niños. Jesús al recibir a los niños y niñas, -y ¿quién sabe?, sus madres y abuelas que posiblemente llevaban a sus pequeños -, recibe a todas las personas que le buscan. Jesús se coloca en la posición de recibir, mientras quien buscaba también se colocaba en la posición de recibir. Y en este encuentro, Jesús declara ‘aquel que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él’. "
La Pastora Estela Andersen invitó a reflexionar en silencio sobre las actitudes de los diferentes personajes en esta historia: ¿en cuál rol te has encontrado en tu vida? ¿Quiénes son estos niños y niñas que Jesús hoy abraza, bendice y nos desafía a recibirlos como el Reino de Dios? ¿Cómo seguir compartiendo esta bendición?
Luego compartir con las personas a sus lados y reflexionar juntos y escribir en las flores de mariposa que repartieron los niños después de la lectura del evangelio, una palabra, pensamiento o compromiso para recibir a los niños y niñas como Jesús nos exhorta.
La gente fue pegando las flores en un panel.
 Una vez que todos y todas pudieron pegar su flor, la dinámica cerró con este video de Joesé Luis Perales "Que canten los niños".
La ofrenda, tal como es la modalidad del DMO es para el país que prepara los materiales, esta vez, para Cuba, para el trabajo con mujeres, niños y niñas.
 Mientras tanto compartimos un video con el emblemático Compay Segundo.
Finalizamos con una oración de intercesión leído en forma antifonal:
Dios de la alegría que estás en los juegos de la infancia, el gozo que viene de ti es un don para ser aceptado y compartido.
¡Gracias, porque tú eres Dios-niño que nos llegas para quedarte en medio nuestro!
Espíritu jubiloso, que permaneces en las cosas sencillas, en los encuentros y las rutinas necesarias.
¡Gracias, porque podemos recibir el Espíritu del gozo eterno!
Te agradecemos Dios por la convivencia de varias generaciones en los mismos hogares y la posibilidad de compartir tradiciones, sabidurías, y compañía. Te pedimos que actúes por medio de tu amor que reconcilia y restaura en medio de los conflictos familiares.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias por la atención que recibe la infancia en nuestro país, y te pedimos por aquellos que están olvidados. Que nuestros oídos estén más atentos a sus  voces para juntos crecer en sabiduría y gracia.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias por los y las profesionales que han sido enviados desde Cuba para colaborar solidariamente con otros países en áreas como la educación y la salud,  y te pedimos por sus familiares que sienten su ausencia prolongada.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias por que la juventud puede acceder a los estudios, y te pedimos que Tú les acompañes en su búsqueda de realización personal, inserción social y crecimiento profesional.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias porque podemos contar con la sabiduría de las personas ancianas en nuestras familias y comunidades. Te pedimos que prevalezca el respeto y cuidado hacia las personas ancianas.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias por tus provisiones diarias de alimento espiritual y material. Te pedimos que acompañes a las familias que sufren por la crisis económica y la emigración.
Te lo pedimos Señor.
Te damos gracias por todas las personas que trabajan muy duramente por el desarrollo social, económico, cultural y espiritual en la isla de Cuba. Te pedimos que transformes los muros erguidos con el bloqueo económico en puertas que se abren para recibir.
Te lo pedimos Señor.
Luego, como comunidad asumimos este compromiso:
Con la confianza y la verdad de ser criaturas amadas por ti, con un lugar en tu corazón, nos comprometemos a:
- A ser amables y saber perdonar,
- Aceptar a cada ser humano, ya que  es único y valioso para Dios,
- Mantener la esperanza en un futuro de justicia y paz,
- Recibir  a los  niños y las niñas para soñar, reír, danzar, amar sin distinciones.  
- Nos comprometemos en nombre de aquel que nos enseñó a orar diciendo “El Padre Nuestro...”
El Padre Luis Rodríguez compartió las palabras de envío:
Vayamos al mundo, con el corazón impregnado de la ternura infantil, de la esperanza del Reino de Dios, acogiendo a la gente con amor y sabiendo que “Al recibir a las niñas y niños, me reciben a mí.”
La Bendición la leímos entre todos y todas:
Dios nos bendice y nos envía
Al recibir a la infancia
En oración, fe, constancia
Compromiso y alegría.
Al despuntar cada día,
Recibimos bendición
Y acogemos la misión
de cuidar y celebrar,
el milagro de inspirar
toda vida, en oración.
Voz de mujeres, su luz       
Nos reúne y nos convida
Al recibir toda vida
Recibimos a Jesús. 
Después de la celebración nos esperaban con un riquísimo arroz con frijoles (porotos)
 
 Una alegría para quienes se animaron a salir en una noche fría de otoño.
Muchas gracias a quienes se hicieron eco de esta propuesta. Gracias a las mujeres de Cuba por esta celebración tan hermosa. Y gracias al Espíritu presente que reinó esa noche y al grupo de personas que trabajaron concretamente para que saliera tan hermoso. ¡Que Dios los y las bendiga ricamente!

Estela Andersen

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