Buenos Aires, 23 de marzo de 2016
Meditación Pascual 2016
Y cuando esto, que es corruptible, se haya vestido de incorrupción, y esto, que es mortal, se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: «Devorada será la muerte por la victoria». ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Porque el pecado es el aguijón de la muerte, y la ley es la que da poder al pecado. ¡Pero gracias sean dadas a Dios, de que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
1 Corintios 15,54 – 57
El día de ayer la capital belga sufrió la traumática experiencia de los atentados terroristas. Un poco más de treinta personas muertas, dos centenares de heridos y el miedo o ‘terror’ que se instala como una nube mala en el cielo.Ese mismo día en otras partes del mundo cayeron bombas desde el cielo, cohetes teledirigidos destrozaron casas y barrios enteros. Cientos de muertos, miles de heridos y nada, no son noticia porque ya se acostumbraron al terror de las armas occidentales.
Ambas acciones se justifican con la otra y la escalada no tiene fin. Simplemente porque no se desea que termine. La muerte es un buen negocio, el terror fabrica dinero, el miedo se impone junto a las armas.
Un dato asombroso: En los EE.UU. por año se mata con armas domesticas (Se entiende por ‘armas domésticas’ aquellas que no son de uso exclusivo de las fuerzas armadas. Revólveres, pistolas, rifles y cuchillos son algunas de ellas) el equivalente a cinco veces el atentado a las torres gemelas. En ese país no se discute el derecho a llevar armas a pesar de las treinta mil muertes anuales.
En esta Pascua les invito a orar por las víctimas de todos los frentes de guerra en actividad. Por la paz en Colombia, por la vida en Siria, Libia, Sudán, Nigeria, Afganistán, Turquía, Europa, Asia y América.
En esta Pascua recordemos que Jesús crucificado lo identificamos con los crucificados, martirizados de hoy, allí donde hay muerte y desolación allí está Dios junto a las víctimas del horror.
En esta Pascua recordemos que la vida se impone sobre muerte y destrucción. Vale la pena recordar el Ginko Biloba de Hiroshima que sobrevivió a la bomba atómica (Véase: ttp://sociedad.elpais.com/sociedad/2010/08/06/actualidad/1281045603_850215.html). La vida siempre va a triunfar esa es la gran enseñanza de la resurrección. Pudo ser condenado injustamente, pudo ser motivo de burlas, escupitajos, y torturas, pudo morir en la cruz desnudo y solo pero la vida es más que la muerte como la luz es más que la oscuridad.
A toda la familia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, a sus pastores y pastoras, diáconos y diáconas, las comisiones directivas y todos y cada uno de sus feligreses, recuerden:
¡La vida se devora la muerte!
Con fraternal afecto en Cristo:
Carlos Duarte
Pastor Presidente
No hay comentarios:
Publicar un comentario