Para nuestra sorpresa la convocatorio rompió con toda expectativa, ya que eran más de 60 adolescentes que un viernes de tarde consideraron un buen programa quedarse en la escuela y trabajar un tema tan difícil y desafiante.
La dinámica disparadora fue con un grupo de chicos y chicas, q ue después de desparramar una bolsa de papel picado...
tuvieron que juntarlas.
Con la frase "las palabras no las lleva el viento" comenzamos a trabajar.
Primero vimos un video en donde pudimos observar de qué manera desde pequeños sufrimos el maltrato desde las palabras.
Luego vimos otro video, realizado por adolescentes en donde aparece la forma actual de hablar, repleto de palabras violentas e insultos. Vimos que esto es producto de una sociedad violenta, pero que esto mismo es posible cambiarlo si así lo queremos.Después l@s dividimos en grupos con la siguiente tarea:
- hacer una lista de las palabras violentas o insultos con las que se comunican entre ellos.
- al lado colocar el significado que creen que tiene la palabra en cuestión
- con qué palabra reemplazarían la que usan, como una forma no violenta de comunicarse.
Una vez que todos los grupos habían terminado, hicimos un plenario.
Hubo varias cosas muy interesantes en este ejercicio:
- el ver las palabras escritas y leerlas delante de los demás les daba vergüenza
- pudieron ver que en la mayoría de las ocasiones no hacía falta cambiar la palabra por otra, sino simplemente dejar de decirla o nombrar a l@s amig@s por el nombre
- hay mucho para trabajar todavía, entre otras cosas: la sexualidad, la diversidad, la discapacidad y la discriminación
Finalizamos con un video en donde propusimos pensar antes de hablar, usar palabras profundas, hermosas, que ayudan y no dañen.
También l@s animamos a buscar ser diferentes, a buscar la no violencia y a utilizar el lenguaje para lo que ha sido creado: para la comunicación.
¡Muchas gracias por esta hermosa oportunidad! Que Dios los y las bendiga.
Estela y Walter
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