En Alpachiri, la gente se fue sumando a lo largo de la celebración, ya que muchos habían disfrutado de la fiesta que organizaron los Alemanes del Volga, y les costó levantarse. De todas maneras la celebración se llevó adelante en un clima muy festivo.
En esta comunidad, como en casi todo este año, un grupo de niñas de la Escuelita Bíblica, por propia iniciativa, participaron del culto (sin sus papás) dando un toque festivo y con la frescura propia de los niños. Escribieron sus nombres decorativamente, y a la hora de encender las velas y cantar, chisporroteaban al unísono.
Como en las otras comunidades, el momento en que se ungen mutuamente con aceite, fue más íntimo y emotivo, mientras que al encender las velas, la fiesta y la alegría tomaron la posta.
Comunidad de Alpachiri, escribiendo sus nombres
Comunidad de Alpachiri, ungiéndose mutuamente con aceite
Comunidad de Alpachiri, encendiendo las velas
Comunidad de Alpachiri, Las niñas festivas
Comunidad de San Martín, escribiendo sus nombres
Estela Andersen
Recordar nuestro Bautismo, su significado, su fuerza y el compromiso asumido es muy importante para todos los cristianos. Celebrarlo a través de un culto permite afianzar a la comunidad como cuerpo de Cristo que necesita estar conectado y sentirse parte.
Estela Andersen
¡Miren qué lindo es nuestro amigo Augusto!
Augusto es oriundo de Alpachiri, pero actualmente vive y se congrega en San Martín. Tiene muchas dificultades para caminar, pero gracias a su triciclo nada lo detiene. Aquí lo vemos en su vehículo, que lo lleva a todos los confines de la tierra (o al menos, a donde quiere ir dentro del pueblo). Es la envidia de los mellis.
Su sueño: viajar hasta Alpachiri pedaleando en su “máquina” para visitar a sus amigos.
Augusto es oriundo de Alpachiri, pero actualmente vive y se congrega en San Martín. Tiene muchas dificultades para caminar, pero gracias a su triciclo nada lo detiene. Aquí lo vemos en su vehículo, que lo lleva a todos los confines de la tierra (o al menos, a donde quiere ir dentro del pueblo). Es la envidia de los mellis.
Su sueño: viajar hasta Alpachiri pedaleando en su “máquina” para visitar a sus amigos.
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