En una cálida celebración recordamos la importancia de nuestro bautismo como único, independientemente de la Iglesia a la que pertenecemos.
La comunidad, con las velas encendidas elevó a Dios el deseo de sentir siempre su presencia en toda circunstancia, y a la vez asumió el compromiso de caminar siempre junto a Dios y alejarse de todo aquello que la aleja.
Este año, en la comunidad de Bahía Blanca, no sólo recordamos nuestro Bautismo, sino que tuvimos la alegría de celebrar uno, el de Alina Froschauer, que desde Entre Ríos vino junto a su familia paterna, para unirse en nuestra comunidad con la familia materna.
¡Bienvenida Alina a esta comunidad y a ser parte de la gran familia cristiana! ¡Que Dios te acompañe siempre y que su Espíritu te ilumine a lo largo de toda tu vida!
Estela Andersen
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