El próximo 27 de octubre ciudadanos de
Argentina y Uruguay concurriremos a las urnas a fin de elegir quiénes serán los
titulares de los Poderes Ejecutivo y Legislativo por los próximos cuatro y
cinco años, respectivamente. El voto es un derecho, pero al mismo tiempo un
deber cívico que debemos gozar y cumplir en tanto ciudadanos. Pero también es
la manera a través de la cual los cristianos y las cristianas damos testimonio
de nuestra fe y ejercemos un servicio en favor de nuestros hermanos y nuestras
hermanas.
El pastor y teólogo José Míguez Bonino
reflexionaba: “La política es el esfuerzo por recuperar el mundo para los
[seres humanos], por sacarlo del poder de la irracionalidad, del egoísmo de un
grupo o de la arbitrariedad de un sistema inhumano y devolverlo a su propósito:
Servir para el enriquecimiento y la plenitud de la comunidad humana. Y ésta es
una obligación cristiana fundamental. No se puede ser cristiano sin asumirla,
porque no se puede ser [humano] sin hacerlo”
La participación ciudadana de los cristianos y
las cristianas exige que hagamos propias las necesidades de nuestros hermanos.
Cuando votamos de esa forma, entonces nos volvemos obedientes seguidores de
nuestro Señor y hacedores de una sociedad más justa y pacífica, donde los
derechos humanos más elementales tales como el trabajo, el acceso a la educación,
salud, vivienda, justicia, seguridad, un hábitat sustentable y tantos otros
derechos que dignifican la vida de hombres y mujeres sean una realidad para
todas las personas.
Por eso, oremos al Señor para que este tiempo
de elecciones no se encuentre condicionado por egoísmos ni mezquindades,
temores o indiferencias, tampoco por odios o revanchismos, sino que sean más
bien una oportunidad para seguir a nuestro Señor Jesucristo que obró siempre en
favor de los pobres y los débiles.
Pastor Leonardo Schindler
Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de
la Plata.
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