“El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti: que hagas justicia y seas fiel y leal y obedezcas humildemente a tu Dios.”
Diferentes mujeres ecuménicas pasaron adelante para leer lo que las mujeres malayas habían preparado con tanta dedicación."Hasta cuándo, Señor, te llamaré y no me harás caso? ¿Hasta cuándo clamaré a ti por causa de la violencia, y no vendrás a salvarnos? ¿Por qué permites que vea yo iniquidad? ¿Por qué me hacer espectador del mal? ¡Sólo veo destrucción y violencia! ¡Ante mis ojos surgen pleitos y contiendas! Por eso tu ley carece de fuerza, y la justicia no se aplica con verdad. Por eso asedian a los justos, y se tuerce la justicia.
Miren entre las naciones, y vean, y asómbrense. Yo voy a hacer en sus días algo, a lo que ustedes no darán crédito, aunque se les cuente...
Señor, he oído hablar de tus hechos, y saberlo me llena de temor. Vuelve a actuar, Señor, en estos tiempos; y si te enojas, recuerda que eres compasivo...
... Aunque todavía no florece la higuera, ni hay uvas en los viñedos, no hay tampoco aceitunas en los olivos, ni los campos han rendido sus cosechas; aunque no hay ovejas en los rediles ni vacas en los corrales, yo me alegro por ti, Señor; ¡me regocijo en ti, Dios de mi salvación! Tú, Señor, me das pies ligeros, como de cierva, y me haces andar en mis alturas" Habacuc 1:2-5;3:2;17-19.
Las mujeres nos siguieron guiando en la celebración. Todos repetimos: "Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán saciados."
Compartimos también el testimonio de Irene Fernández, leído por una de las mujeres.
Irene Fernández es una mujer malaya, asistente social, que trabaja entre migrantes y otras poblaciones pobres y oprimidas de Malasia. Fue una de las creadoras de “Tenaganita” (Fuerza de Mujeres), una organización de base comprometida con la tarea de brindarles “herramientas de protección” a las mujeres. Debido a su lucha estuvo presa durante varios años, pero no ha sido en vano ya que se han logrado muchos avances con respecto al derecho de la mujeres. Pero el camino es largo aún, y seguramente también muy arduo."Bapa kami yang ada di syurga
Di muliakanlah nama Mu.
Datanglah kerajaan Mu
Jadilah kehendak Mu
Di atas mumi seperti di dalam syurga.
Berilah kami rezeki pada hari ini
Dan ampunilah kesalahan kami
Seperti kami pun mengampuni
Yang versala kepada kami.
Dan janganlah masukkan
Kami ke dalam percubaan,
Tetapi bebaskan lah
Kami dari yang jahat.
Engkau lah Rajah yang berkuasa dan mulia,
Untuk selama lama nya,
Amin."
El profeta Habacuc
La viuda y el juez injusto
"Tu fidelidad", canción de la ofrenda
"Somos uno", canción final
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