Las mesas se llenaron de gente entusiasta y dispuesta a pasar una tarde agradable.
No faltó el agua caliente para que cada cual se preparara té o café, con o sin leche, azúcar o edulcorante. El mate tampoco faltó, ya que los adictos a esta infusión, llevan la yerba y la bombilla a cuestas.
Durante la tarde se vendieron unos números, los premios eran: un reloj de pared y un toallón.
El primer premio se lo llevó el señor Lange, que posa aquí con su esposa.
Por supuesto que la músicca también se hizo presente de la mano del grupo "Sin nombre", que esta vez trajo nuevo repertorio.
El segundo premio, un ganador reincidente, fue Héctor Stach, quien a pesar de que la multitud le gritaba ¡que lo done! ¡que lo done! Hizo caso omiso y se fue contento con su toallón.
Por supuesto que la músicca también se hizo presente de la mano del grupo "Sin nombre", que esta vez trajo nuevo repertorio.
Fue una tarde hermosa, la gente disfrutó, bailó, se divirtió y al irse, decían: ¡que se repita! ¡avísennos cuando hacen otro!... Y claro... eso va a suceder... pero todavía no tenemos fecha.
Parece que los comentarios han llegado hasta Ströeder, por lo que estamos pensando de organizar alguno allá.
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