El pastor Aníbal Sicardi dio las palabras de bienvenida y contó un poco de la historia del SOUC.
La pastora Estela Andersen habló sobre el lema e invitó a personas del auditorio a llevar jarras de colores al pozo, como un símbolo de la unidad en la diversidad.
Y así pasaron, Alberto, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata,
María Rosa, de la Iglesia Valdense,
Dora, también de la Iglesia Valdense,
y Maga de la Iglesia Metodista.
Seri cantó una canción de alabanza y encuentro.
Luego Maga hizo la invocación al Dios Trino:
Dios todopoderoso, sopla en nosotros el viento de la unidad que reconoce nuestra diversidad.
Sopla en nosotros la tolerancia que acoge y nos hace comunidad.
Sopla en nosotros el fuego que une lo que está separado y que cura lo que está enfermo.
Sopla en nosotros la gracia que vence el odio y nos libera de la violencia.
Sopla en nosotros la vida que se entrega y vence la muerte.
Bendito sea el Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas. ¡Amén!
La confesión de pecados estuvo a cargo de la Iglesia Católicay el Coral Ekumene, que también acompañó con otros cantos, interpretó un "Kirie" en idioma guaraní y en castellano, con ritmo de guarania.
El anuncio del evangelio se hizo con la dramatización del encuentro de Jesús con la mujer samaritana, en el evangelio según Juan 4:1-42.
Nora hizo de relatora, Linda de la mujer samaritana y el pastor Darío Michelín Salomón, de Jesús.
Este mismo texto fue utilizado para el mensaje, que en vez de una predicación, la comunidad se repartió en grupos y se compartió impresiones a partir de tres preguntas motivadoras.
En principio lo que se buscaba era generar el encuentro y el descubrir nuestros preconceptos y "desiertos" a atravesar, junto a la valoración de la diversidad.
Dora y Linda estuvieron a cargo de la oración de intercesión.
Seri propició un momento de introspección con una canción que decía:
"Sé que estás, en medio de la guerra.
Sé que estás, entre el dolor y la pobreza.
Sé que estás, en la vida de los hombres
compartiendo sus temores.
Sé que estás, en medio de la tierra.
Sé que estás, porque siento tu presencia
en los niños que sonríen,
en los hombres que se esfuerzan,
en las voces que se unen,
y en el pan sobre la mesa.
Y tu amor, desborda cada espacio de mi ser,
repleta el universo de calor,
más ancho que el mar,
más lejos que el sol.
Sólo hay que descubrir
este milagro que es vivir,
despertar cada mañana y comenzar,
para saber, que Tú estás.
Sé que estás, viviendo tras las rejas.
Sé que estás, en la naturaleza.
Sé que estás, en el pan bendecido,
en la palabra y vida eterna.
Sé que estás, cuando dos manos se ayudan.
Sé que estás, cuando los hombres te rezan.
En la fuerza de un abrazo, en una caricia tierna,
en las vidas que terminan
y en las vidas que comienzan.
Y tu amor, desborda cada espacio de mi ser,
repleta el universo de calor,
más ancho que el mar,
más lejos que el sol.
Sólo hay que descubrir
este milagro que es vivir,
despertar cada mañana y comenzar,
para saber, que Tú estás.
Para saber, Señor, que Tú estás.
Maga y el pastor Alessandro Espósito anunciaron la ofrenda destinada a la Junta Unida de Misiones.Mientras se recogía la ofrenda, Alessandro cantó un tema en inglés.
L@s ministr@s presentes leyeron la bendición final, simbolizando con esto las aguas de la diversidad:
Que el Señor Dios te bendiga y te proteja, llene tu corazón de
ternura y tu alma de alegría tus oídos de música y tu nariz de perfume, tu lengua
de cantares portadores de esperanza.
Que
Jesucristo, el agua viva, esté detrás de ti para protegerte, delante de ti para
guiarte, a tu lado para acompañarte, dentro de ti para consolarte, encima de ti
para bendecirte.
Que el Espíritu dador de vida sople dentro de ti para que tus
pensamientos sean santos, actúe dentro de ti para que tus actos sean santos,
llene tu corazón para que tu amor sea santo, te fortalezca para que puedas
defender lo que es santo.
Que haga de tu corazón su morada, refresque su aridez y
derrita su frialdad y encienda en lo más íntimo de tu ser el fuego de su amor,
concediéndote una fe auténtica, una esperanza firme y un amor sincero y
perfecto.
Que Dios, que nos enseña a acogernos unos a otros y
nos llama a practicar la hospitalidad, nos conceda la paz y la serenidad
mientras caminamos por la senda de la unidad de los cristianos.
Mientras
nos vamos en la paz de Cristo nos damos unos a otros una señal de paz.
La celebración finalizó con "Honrar la vida" de Eladia Blazquez, interpretada por el Coral Ekumene y la comunidad presente.
¡Gracias a quienes hicieron posible esta hermosa celebración!
Estela Andersen
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