En esta oportunidad fueron Carolina y Marcos, que estimulados por sus padres, pero por propia decisión, pidieron ser bautizados.
¡Y qué mejor que en su casa! Allí en donde tantas veces nos hemos reunido a celebrar cultos y trabajado con los niños con el sueño de formar una comunidad de fe.
El mensaje para los dos fue del profeta Ezequiel 36:24-27:
“Los
tomaré de entre las naciones, los recogeré de todos los países y los llevaré a su suelo. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; de
todas sus impurezas y de todas sus
basuras los purificaré. Y les daré
un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su
carne el corazón de piedra y les daré
un corazón de carne. Infundiré mi
espíritu en ustedes y haré que los conduzca según mis preceptos y observen y
practiquen mis normas.” Amén.
A través de una piedra como símbolo, reflexionamos cómo el Espíritu de Dios actúa sobre nosotros transformando nuestros corazones egoístas en corazones sensibles al dolor y las necesidades de las personas que nos rodean y con las que compartimos este mundo.
"Recibe la señal de la cruz sobre tu frente
y sobre tu pecho, como símbolo de tu redención obrada por Cristo crucificado."Primero fue el turno de Carolina
"Dios, que por su amor prometió estar con nosotros siempre, te acompañe, te dé fuerzas, confianza y una vida en felicidad y plenitud, según su voluntad. Su paz sea contigo ahora y siempre. Amén."
Después fue el turno de Marcos
"¿No te he mandado que seas valiente y firme? No tengas miedo ni te acobardes, porque tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Amén" (Josué 1:9)
Que Dios los bendiga a ustedes en esta vida en el Señor y a toda su familia.
Estela Andersen
No hay comentarios:
Publicar un comentario