Cortando la calle Neuquén al 2150, entre las calles Perito Moreno y General Lavalle, se inauguró la calle Martín Lutero.
Una buena grupo de personas asistieron al acto con la alegría de un acontecimiento tan importante, como símbolo de la presencia evangélica en la ciudad.
Gustavo Mendé, Coordinador de la Oficina de Enlace de la Dirección General del Registro Nacional de Cultos y el Concejal Matías Italiano, del Frente Renovador, quien impulsó el proyecto, encabezaron el acto.
Luego los Pastores que impulsaron el proyecto: Eusebio Dirr y Francois Lara, de la IELA hablaron acerca del proceso. Y la Pastora Estela Andersen hizo una reseña del Reformador y expresó las razones por las cuales una calle en Bahía Blanca debe llamarse Martín Lutero.
Compartimos aquí las palabras:
"Un 31 de
Octubre, pero de 1517, en Witemberg, Alemania, el dr. Martín Lutero, monje
agustino, clavó las 95 tesis en la puerta de la Catedral de esa ciudad
reaccionando ante los abusos del papado ante una situación económico, social y
religiosa insostenible.
El pueblo
alemán era literalmente exprimido por el imperio de Carlos V y por el otro
imperio, el de la Iglesia de Roma, que entre cruzadas, construcciones de
catedrales y otros caprichos de la cúpula de la curia, se imponía no sólo con
limosnas, venta de indulgencias y otras formas de sacarle a la gente lo poco
que tenía, sino que sembraba el temor por un Dios que castiga, un Dios
insaciable, que está presente en todo momento con su juicio implacable.
Lutero,
hombre piadoso y temeroso de Dios, pero estudioso de la Biblia y pastor de su
pueblo, descubrió, después del shock que le provocó su visita al Vaticano en
1510, que no había sustento para todos ese lujo y poder, estudiando la carta a
los Romanos, que “el justo por la fe vivirá”. Esto es que Dios, no pedía más a
cambio que la fe del cristiano, que ningún sacrificio humano tenía valor porque
el único valido es el de Cristo en la cruz. Nuestra salvación está en nuestra
fe en que ese sacrificio en la cruz nos redime, no así nuestras obras. Las
obras son el producto de la fe y se hacen con alegría y agradecimiento y jamás con
sufrimiento y por obligación.
Ahora ¿por
qué una calle de la ciudad de Bahía Blanca debe llamarse “Martín Lutero”?
En principio
porque a partir de este monje agustino se produce el primer gran cisma de la
Iglesia. A partir del enfrentamiento de Lutero a Roma surge la Iglesia
Evangélica, que no obedece al Papa, no tiene otro fundamento que las Sagradas
Escrituras y reconoce como único mediador a Jesucristo. La Iglesia Luterana es
una de las mayores en el mundo, junto con la Reformada y por supuesto la
Católico – Romana, las tres con todas sus variantes.
Pero también
es importante porque es el quiebre entre la Edad Media y la Edad Moderna. A
partir de las ideas de Lutero y de otros reformadores, como Zwinglio y Calvino
(de donde surge la Iglesia Reformada), aparecen conceptos como el derecho a la
libertad del individuo, el estado laico, la igualdad de derecho entre las
personas, y otros ingredientes más que propician la Revolución Francesa, que
lleva como estandarte “Libertad, Igualdad, Fraternidad”
En
nombre de las Iglesias Luteranas, pero también de todas las Iglesias
Evangélicas, sobre todo las Protestantes, agradecemos a la ciudad de Bahía
Blanca y a quienes lo hicieron posible, que esta calle lleve el nombre de este
profeta del siglo XVI, del que procede nuestra Iglesia, y que tantos valores
lleva adelante y que sigue en una continua reforma, no acomodándose ni
sometiéndose bajo ningún gobierno, sólo el de Cristo. ¡Gracias!"Aquí están el Pastor Darío Michelín Salomón, de la Iglesia Metodista de Villa Rosas y Carmen de Patagones, la Pastora Estela Andersen, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, María Esther Norval, de Carmen de Patagones y Walter Lind, de Bahía Blanca, ambos miembros de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Esta es un primer paso, nuestro sueño que que junto a la calle Martín Lutero se haga la plazoleta de la Reforma, como un paseo histórico con los diferentes referentes de ese movimiento que revolucionó la historia de la Iglesia.
¡Gracias a todas las personas que lo hicieron posible!
Estela Andersen
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