Después de un trabajo intensivo logramos ambientar el lugar para que cada persona que llegase se sintiese verdaderamente en Egipto.
Unas 60 personas se acercaron al lugar expectantes por esta propuesta tan interesante e importante a la vez.
La primera mujer vino vestida según la vestimenta egipcia antigua, con la llave de la vida en sus manos y una flor de loto en el pelo y dijo lo siguiente:
"Alabamos al Señor por la civilización asombrosa del antiguo Egipto, un producto de la acción extraordinaria del Nilo, que creó el suelo fértil que permitió la creación de un imperio fuerte. Somos orgullosos de los impresionantes monumentos antiguos que hablan de la historia de Egipto y la visión del Faraón. Son monumentos que evocan la riqueza del país en los tiempos antiguos y siguen contribuyendo a la riqueza de su cultura tanto como de sus finanzas, hasta el presente. Dos de ellos pertenecen a las siete maravillas del mundo antiguo: el faro de Alejandría y las tres pirámides de Guiza. El faro de Alejandría, construido hace 2000 años y destruido en el siglo XV, es el símbolo de la búsqueda de una luz espiritual por el pueblo. Por otra parte, las tres pirámides de Guiza están todavía en su sitio y dan testimonio de la búsqueda de un significado más profundo de la vida actual y el sondeo de una vida más rica después de la muerte por parte de sus constructores."
"Yo
vivo en un pueblo chico en el Egipto de hoy, y me las arreglo con lo poco que
tengo. En el pueblo las mujeres hacemos muchas cosas para alimentar a la
familia. Trabajamos la tierra, alimentamos a los animales, hacemos queso y
yogur y cocinamos los grandes panes chatos. Hace poco que aprendí a leer. Mis
vecinas van casi todas a la mezquita, los viernes. En mi pueblo no hay iglesia,
por eso, los domingos, voy a la iglesia en la ciudad, con mi familia.
Damos
gracias a Dios y le alabamos por el Nilo y sus lagos. Este río que viene de
África Central riega nuestros campos, calma nuestra sed y nos provee de cantidades
de pescado que podemos comer. Es el segundo más largo de los ríos del mundo y
nos une con pueblos de otros países y diferentes culturas. Y sus aguas que
corren simbolizan el agua de vida que Jesús nos ofrece a todos…y todas…""Soy una ciudadana egipcia de ahora, tengo un empleo en el Gobierno en El Cairo, la capital. Trabajo para el Ministerio de Agricultura, y mi departamento se ocupa de la tarea de recuperar tierras del desierto. Ya hay grandes partes de tierras que eran desérticas y que ahora florecen con plantas coloridas. Como soy soltera puedo dedicar más tiempo a mi iglesia,
"Estoy fascinada de vivir en esta maravillosa edad electrónica, con i-pods, skype, facebook y los celulares. En Egipto hay gente rica y gente pobre. También hay una clase media, y pertenezco a ella. Como muchos jóvenes he estudiado idiomas y manejo bien 3 idiomas: el árabe, inglés y francés. Tengo amigos que también hablan bien el alemán. Las oportunidades que nos brinda la educación hicieron posible que nosotros, mujeres y varones jóvenes, pudiéramos planear y realizar las manifestaciones que tuvieron lugar el 25 de enero de 2011. Iniciamos este proceso revolucionario, que había comenzado en Tunes, en Egipto, y en sus diferentes formas todavía está en marcha en el mundo árabe. Para todos nosotros, Cristianos y Musulmanes, fue emocionante reunirnos en la Plaza Tahrir y reclamar nuestros derechos de libertad, justicia e igualdad con éxito. Aunque muchas otras cosas han pasado desde entonces, seguimos recordando la promesa del Señor en el libro de Isaías, “Yo bendigo a Egipto, mi pueblo”, y confiamos que Dios en Su tiempo cumplirá esta promesa."
De esta manera presentaron a Egipto, su historia, sus costumbres, su realidad. Esto permitió al auditorio impregnarse de ese país, luego de haber visto las imágenes y escuchado su música.
Otro momento muy profundo fue la representación del texto de Juan 4, Jesús y la mujer samaritana en el pozo:
La gente tuvo un momento para compartir sus experiencias con el agua de Vida
para después escribirlas en los papeles que recibieron al llegar y colocarlas en los cántaros de barro.
Mientras tanto compartimos este video.
La banda del Ejército de Salvación nos acompañó con varios cantos
"Que el Señor te guíe continuamente y calme tu sed en los desiertos,
Que seas como un jardín bien regado,
como un manantial al que no le falta el agua. Amén."
Esta fue la bendición final que compartimos todos los presentes.Muchas gracias a las personas que hicieron posible realizar esta actividad, y sobre todo las mujeres de Egipto ¡que Dios las bendiga!
Estela Andersen
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