El secuestro, la explotación sexual y la posterior desaparición de Marita Verón no fueron hechos aislados ni casuales. El mismo día de abril de 2002 en que Marita fue secuestrada en las calles de la ciudad de Tucumán, su madre, Susana Trimarco, inició el trabajo de denuncia que mostró los perversos, violentos y socialmente tolerados mecanismos (y sujetos) que sostienen la explotación sexual de mujeres, niñas y adolescentes. El “Caso Marita Verón” es hoy igual de paradigmático que el “Caso Raquel Liberman” ayer: ambos develaron las tramas de corrupción y complicidades institucionales; en ambos casos las luchas se sostuvieron en la valentía y la fortaleza de una mujer.
La sociedad en su conjunto acompañó a la mamá de Marita en su dolor y en su incesante búsqueda de Verdad y de Justicia, y escuchó junto a ellas los testimonios y los relatos que se hicieron públicos durante los diez meses que duró el juicio. Con estupor, con desilusión y con enojo escuchamos el veredicto de la Sala II de la Cámara Penal de la Provincia de Tucumán absolviendo a los 13 imputados, insensible ante los padecimientos, los abusos y las injusticias que ya condenaron a miles de niñas, jóvenes y mujeres. Cualesquiera que sean las razones que desarrolle el fallo cuando se conozca en su totalidad, gran parte de la Verdad ha salido a la luz, aunque la justicia haya decidido mirar hacia otro lado.
Marita Verón, desde su desaparición y gracias a la lucha incesante de su madre, marcó el camino a seguir para que se defina un marco normativo que permita garantizar los derechos de todas las víctimas, sancionar a los culpables y prevenir el delito de la trata de personas.
Con el dolor y el estupor de la falta de justicia sigue hoy día señalándonos lo que socialmente nos queda por hacer: la reforma de la ley de trata aún espera para que la figura del consentimiento de la víctima deje de existir, las lógicas del patriarcado siguen naturalizando el sometimiento y la prostitución, por ello el negocio a costa de los cuerpos de las mujeres prospera. Debemos seguir trabajando para revertir estas lógicas y avanzar en un marco normativo justo que pene duramente a quienes someten, vejan y negocian y garantice los derechos de quienes padecen la trata de personas.
Equipo de Trabajo y Junta Directiva de CAREF
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