miércoles, 23 de noviembre de 2011

Carta Pastoral de Adviento, Pastor Luis Álvarez

Estimados hermanos y hermanas:
La iglesia “alaba a Dios y tiene favor con todo el pueblo” Hechos 2.47 marca la distinción del amor de Dios hecho ser humano, en nosotros se hace carne cuando estamos con, en y junto al Cristo excluido y en necesidad (Mateo 25:31ss). Jesús el Cristo se juntaba, hablaba y comía con aquellos que nadie quería verse, ni relacionado.
Es larga de lista textos Bíblicos en que Jesús fue criticado por sentarse con pecadores, por dejarse tocar por una mujer de mala fama, suma y sigue, publicanos, ladrones, leprosos, endemoniados…etc., donde hay un excluido, discriminado, señalado por el prejuicio ahí esta Jesús. Convencidos de toda discriminación arbitraria es una verdadera expresión del pecado; favorecemos las leyes y toda actitud que favorezca la dignidad y el valor de cada persona.
Por eso estuve en el Congreso, del lado de los gitanos, de los inmigrantes, de los discapacitados, de los ex convictos, quienes forman parte de las llamadas minorías sexuales; de los que han sido rechazados y perseguidos por las dictaduras peores de la historia, Judíos y Musulmanes y por los que aún en democracia son desterrados de la tierra, de su tierra “…a los expatriados del cielo y de la tierra…” según el reconocimiento de Benjamín Vicuña Mackenna en 1874.
Ahí en Congreso estuvieron también cristianos promotores del odio, la exclusión y hasta la violencia en contra de los viven diferente, son diferentes o quien vivir diferentes. Lo hacen de una posición de considerarse mejores que los otros y con derecho a decir quien tiene que vivir y quién no. Para ellos los pecadores somos los otros, y esta parte la puedo suscribir y me incluyo, cada cristiano luterano debería incluirse; pero lo que no puedo compartir con los hermanos fariseos es que no tengan pecado, y que es por usen la Biblia para promover la exclusión, el odio y hasta la violencia.
A raíz de nuestra visión y sentido de la encarnación de Jesús, a favor de un reino de Dios con derechos y dignidad para todos y todas, fui invitado a dar un saludo en la fiesta organizada por el Movimiento de integración y Liberación Homosexual, en la persona de su Presidente. Así mismo fui presentado como representante de una iglesia que toma en serio a todas las personas. Sabiendo y consciente del significado de aceptar la invitación y lo contrario. Decidí ir en nombre del Señor y su amor.
Al anunciarme recibí un silbido y rechazo general, y empecé a decirles que todos y todas tenemos el mismo valor ante Dios y los mismos derechos, y que consideramos digno, justo y necesario decirle al mundo cual es el proyecto de Jesús. Primer rechazo cambio enseguida a unos tímidos aplausos y luego a la ovación de las 40.000 personas; el primer momento expresa el dolor, la rabia, la impotencia, las expulsiones, prejuicios y discriminaciones que como personas han recibido en primer lugar de la iglesia; a poco hablar del amor Dios y el valor y dignidad reconocieron que estaban frente a una posición diferente, y que estaba más allá de una posición teórica, sino un testimonio de vida.
Dice el pastor Lisandro Orlov que antes él pensaba que la iglesia tenía problemas con la sexualidad, luego entendió que el problema era la sexualidad, y finalmente que el problema es nuestra manera de leer la Biblia, nosotros leemos de nuestra honesta teología y desde la visión de Jesús.
Comprendo y asumo que a algunos les cause problema este testimonio porque nos hace revisar conceptos y juicios a priori, que habíamos dado por naturales y aún más les habíamos entendido que era ley divina, y me disculpo por la manera tan cruda se enseñar y testificar; pero solo quiero hablar de la misericordia, de la solidaridad, de la fuerza de la encarnación, o sea del amor de Dios, del Ágape, de Dios. El espíritu adviento es asumir la esperanza, y cante alabanza el cielo la tierra se alegra por que el Señor Consuela a su Pueblo y de pobres tiene misericordia (Isaías 49:13)
A él sea mi fidelidad, la Gloria, el honor el poder por siempre, alabado Sea el Señor
Pastor Luis Álvarez
Pastor Presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile - IELCH
"Dando testimonio de Cristo hoy. Al servicio de la esperanza"

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