miércoles, 9 de noviembre de 2016

Retiro de mujeres y hombres en Copetonas

Viernes 4 de Noviembre: Llegada

A eso de las 17 hs., fuimos llegando desde nuestros lugares y armando carpas y trailers.
Siempre es tan linda la llegada, porque es encuentro, es alegría, expectativa...
Ya como una tradición, al caer la noche amasamos la masa,
traemos la leña y encendemos el fuego, para hacer las pizzas a la parrilla.
Mientras tanto nos vamos poniendo al día, y algunos, juegan a las cartas.
Alguno se ocupa de hacer la pizza a la parrilla,
y  otro, a cortar el queso y el jamón.
También una salsita como para darle el toque..
¡Y la fiesta!
Este año decidimos no esperar a que todos llegaran, para no comer tan tarde, y fue una buena idea, porque igual, las pizzas van saliendo y no se enfrían.
Una vez finalizada la cena, tuvimos el devocional de la noche y la bienvenida al grupo y a Eva y Claudio, los talleristas de este año.

Sábado 5 de Noviembre:

A las 8 hs., comenzamos la jornada con un poco de gimnasia.
Esta es una nueva propuesta, para incentivar el ejercicio físico además de una buena alimentación corporal y espiritual.
Luego tuvimos nuestro devocional matinal,
y el tradicional desayuno con panes integrales y dulces caseros.
 Luego, como todos los años, las mujeres se fueron a trabajar por un lado.
 Este año con el tema "Lo cotidiano se vuelve mágico... ¿los milagros pasaron de moda?"
 La pastora Eva Ross, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida desarrolló el tema pedido en el retiro del año pasado.
Invitó a las mujeres a hacer distintas dinámicas,
 a compartir opiniones e ideas,
 pero también a leer la Biblia.
Por el otro lado, los varones trabajaron el tema de este año:
 "Aprendiendo a aceptar y perdonar".
Comenzaron a trabajar afuera, pero se levantó mucho viento, por lo que decidieron entrar al quincho.
El pastor Claudio Schvindt, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, y esposo de Eva, preparó el tema.
Los varones también trabajaron con gusto leyendo la Biblia e intercambiando opiniones y pensamientos.
¡Y llegó la hora del almuerzo!
Después de tanto trabajo, la gente estaba con hambre.
 La tarde estaba soleada y hermosa, por lo que pudimos aprovechar la pileta.
Hasta armamos un juego de pelota.
 En la merienda tomamos unos mates y compartimos las deliciosas tortas que las mujeres habían preparado para la ocasión.
 Hacía varios años que no nos tocaba una tarde tan cálida, por lo que nos costó salir de al lado de la pileta.
 Pero había cosas para hacer.
 Para el momento de plástica pintamos las obras que moldeamos en el devocional de la mañana.
 Realmente nuestras creaciones quedaron muy bonitas y coloridas.
Y así llegó la hora del fogón. Este es uno de los momentos esperados del retiro.
 En ronda cada cual se preparó su pan enroscado en la caña, que una vez cocida, se rellena con una salchicha de viena ¡una delicia!
La noche cálida propició que nos quedáramos alrededor del fuego cantando primero, y luego contando cuentos y chistes.
Luego pasamos al quincho, porque se venía la Noche Cultural. Este año con varios números.
 Un sketch muy peculiar por parte de la comunidad de Bahía Blanca.
 De Patagones, María Esther leyó un texto gracioso acerca de política y elecciones.
Claudio nos hizo cantar canciones infantiles..-
¡eso fue muy divertido!
Y lo prometido: el cuento del pescado de patio.
¡Muy buena historia!
Ya Sandra y Alejandro, de Tres Arroyos, nos tienen acostumbrados a ofrecer un buen espectáculo, pero este año nos sorprendieron.
 Primeramente con dos diálogos, uno chistoso y otro, para pensar.
Y es que este año cumplieron 25 años de casados y querían celebrarlo con nosotros.
 Hubo palabras emotivas
y brindis con champagne, copas y tortitas. Un buen final para un día para recordar. ¡Gracias amigos!
Y cerramos la noche con el devocional vespertino.

Domingo 6 de Noviembre: Despedida

Después de una noche ventosa, la mañana del domingo se presentó hermosa, por lo que aprovechamos a hacer el devocional afuera, en medio de las plantas.
Por supuesto, un buen desayuno para comenzar el día con energía.
Los varones, antes de seguir trabajando el tema,
 comenzaron a preparar el cordero que Norberto trajo de su campo, en Casas, zona rural de Patagones.
 Mientras tanto, las mujeres siguieron reflexionando acerca de los milagros.
 Leyeron textos bíblicos
 y compartieron videos. Finalizando con una evaluación del taller.
Mientras asaban el cordero,
 los varones trabajaron su tema
 y también finalizaron con una evaluación del taller.
 Aprovechando el día, los peques se metieron en la pileta.
 Antes del almuerzo agradecimos a Claudio y Eva por haber aceptado la invitación de trabajar con nosotros en el retiro de este año. Como siempre, se llevaron un pan, dulce casero y un regalito. Con las palabras "Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino", les regalamos un hornillo, que pensamos que seguramente lo valorarían y lo usarían.
 Y bueno... no sé si era hambre o ganas de comer asado, pero la cosa es que la gente se abalanzó sobre la comida.
Una gran variedad de ensaladas acompañaba al cordero.
¡Otra fiesta más!
 Y un final muy dulce: torta rellena con dulce casero de frutos rojos, frutillas y crema, y una cobertura de crema, frutillas y chocolate ¡riquísimo!
Mientras que disfrutábamos el postre, hicimos la evaluación del retiro y la lluvia de ideas para los temas de mujeres y varones para el año que viene, que será el fin de semana del 3 al 5 de Noviembre.
Surgió también una propuesta de un encuentro temático el fin de semana del 5 al 7 de Mayo de 2017. El tema: La Reforma, por los 500 años. La idea es tratar de ambientar el encuentro en el Medioevo e interiorizarnos en la historia.
También surgió la idea de formar el Grupo de Amigos y Amigas del Retiro.
Este es el grupo de mujeres:
arriba: Graciela, Sandra, Zulema y María Esther
abajo: Riné, Eva, Estela y Cristina
Este es el grupo de varones:
arriba: Norberto, Benjamín y Walter
medio: Alejandro, Claudio, Alberto, Germán, Jonás y Lucho
abajo: Facundo
 Los talleristas: Claudio y Eva
Y este es todo el grupo con sus artesanías. Un hermoso grupo... ¡muchas gracias por la buena onda! ¡Hasta el año que viene!
Muchas gracias también a Riné y Carolina, que año a año nos reciben tan hospitalariamente en el Quincho en el Campo.

Estela Andersen

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