jueves, 21 de febrero de 2013

Tardes de playa

Durante el Campamento de Jóvenes, cuando el día se prestaba, íbamos a la playa.
 Allí tomábamos la merienda: pan con dulce y mate.
 A veces también pintaba un tibio tereré.
 Los chicos y chicas jugaban a un volley en ronda.
 A una especie de fútbol (ahí ya no se prendían las chicas...).
 También jugaron a reventarse los globos: todos contra todos. ¡Fue muy divertido!
 Rick tuvo una idea: la carrera del globo, que consistía en largar el globo (aprovechando el viento de la costa), pero tuvo algunos inconvenientes.

  •  El globo no volaba como lo había imaginado
  • A un globo le echaron arena y no voló para nada
  • Cuando por fin se hizo la carrera dejando que el globo se escapara un poco, se fue tan lejos que finalmente lo alcanzó una gente que pasaba en un auto y veía la desesperación de un grupo de jóvenes detrás de un simple globo. ¡Un papelón! ... pero divertido.

 Los chicos hicieron un pozo y luego Rick fue el voluntario para enterrarse.
 Era un espacio medio vulnerable, pero bueno...
Después con la arena le construyeron un cuerpo humanoide hermafrodita de la cual no quisimos dejar testimonios visuales por ser bastante grotesco. Una vez que se desenterró, a pesar del frío, se fue a sacar la arena al mar y otros lo acompañaron.
 Pero sin duda el mar fue el espacio preferido de todos.
 El agua estaba calentita y las olas benevolentes, pero daban para zambullirse un poco. Sólo un día hubo algo de aguavivas, y Martín fue la víctima, pero enseguida se pasó el ardor y volvió feliz al agua.
Pasamos unas tardes hermosas, aunque algunas medio ventosas, pero hemos disfrutado del agua, la arena y el sol... y por supuesto de un hermoso grupo de chicos y chicas.

Estela Andersen

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