El texto elegido fue Juan 15:9-17. Entre cantos, compartimos el texto, reflexionando desde tres momentos diferentes:
- qué me llama la atención
- qué me dice hoy a mí
- a qué me desafía
Surgieron pensamientos muy profundo y hermosos, entre ellos la amistad, Jesús como un amigo que desea que seamos amigos y que nos entreguemos mutuamente.
El amor y la alegría como parte de lo mismo, lo que al mismo tiempo nos desafía a un cambio de actitud en nuestras comunidades. Incluso surgió la pregunta si la forma tan poco atractiva y casi como una carga de vivir y de mostrar nuestra fe a los demás no será la razón por la cual en vez de atraer, espantamos...
El clima que se vivió fue de mucha comunión, el sentimiento de unidad revistió toda la noche. Por momentos nos quitábamos las palabras de la boca porque las reflexiones que surgían eran tan similares que nos admiramos, lo que también nos hizo comprender que esto sólo es posible a través de la presencia del Espíritu.
Compartimos sueños, experiencias de fe, desafíos. Y a pesar de que el día estaba frío y lluvioso, el clima dentro de la iglesia, se sintió cálido y acogedor.
Después compartimos lo que habíamos traído: pizzas, sandwiches, empanadas, tortas, además de una charla por demás amena.
Sin duda ha sido un acierto comenzar con estas reuniones. Nos hermanan y renuevan cada vez. Y para aquellos que no pudieron ir, lo mismo que para los que disfrutamos de esa noche tan especial, todavía nos esperan dos Lectios más este año.
¡Que Dios nos bendiga ahora y siempre!
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