Fue un acto muy emotivo en donde vari@s ministr@s tuvieron una participación activa.
A mí me pidieron que diera un mensaje, que ahora comparto aquí, en nuestro blog:
"Queridos hermanos y hermanas:
Recuerdo muy bien aquel 18 de Julio de 1994, aquella mañana…
Por un lado porque en ese año muchas
cosas dolorosas pasaron en mi vida y en la de mi familia, pero también porque
en poco más de un año, como país, vivimos dos experiencias que pensamos pertenecía
a otros lugares en el mundo o también podemos decir… a otro tiempo en nuestra
historia a la que no queremos volver nunca más.
Pero en este caso en especial,
apuntaba a un grupo de personas específico y eso tiene que ver con
discriminación, con intolerancia, con algo que nos sorprendió a todos porque
Argentina siempre se ha caracterizado por ser un crisol de razas, un lugar en
donde convivimos en paz personas que diferentes etnias con diferentes formas de
pensar y profesar la fe.
Hoy, 19 años después,
cuando pienso en el atentado a la AMIA y cómo ha sido el devenir de la historia,
y también cuando la pienso desde mi propia experiencia de vida, me surgen las
palabras del estribillo de una canción que cantamos que dice:
“Dios te levantará como el águila,
hacia el alba te guiará.
Y brillará como el sol,
seguro en las manos de Dios.”
Y lo digo desde un Dios que restaura,
de nuestro Dios, como dice el Salmo 103, en el cual está inspirada la canción:
“Bendice,
alma mía, a mi Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a mi Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus maldades,
el que sana todas tus dolencias,
el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores y misericordias,
el que sacia de bien tu boca
de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Mi
Señor es el que hace justicia
y derecho a todos los que padecen violencia.”
Y lo pienso desde el punto que muchas veces la vida
no es justa, la justicia humana es imperfecta y que muchas veces, muy a pesar
nuestro, no pagan aquellos que hicieron el daño. Pero “Mi
Señor es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia”, dice el Salmo, y la certeza del juicio divino es el que permite
que Dios nos vaya sanando las heridas, que resurjamos del dolor, que restaure
nuestras vidas y como dice el Salmo, “de
modo que te rejuvenezcas como el águila”, seguros en las manos de Dios.
En esta mañana deseo traer
para todos esta certeza y el alivio de saber que nuestro Dios, que es uno solo,
es “el que sana todas nuestras dolencias,
el que rescata del hoyo nuestra vida”, es el que nos levanta y nos anima a
luchar por un mundo más justo, sin violencia, sin discriminación, porque somos
llamados por Dios para que vivamos en paz y armonía, porque nuestro Dios no
hace acepción de personas, porque nos ha creado a su imagen y semejanza, todos
iguales en derechos y en valor, pero cada uno, cada una, especiales y únicos.
Dios permita que podamos
brillar como el sol, que la aurora de un mundo mejor muy pronto se haga
realidad, y que nos dé fuerzas y creatividad para que nosotros, desde este
lugar del mundo, como lo estamos haciendo hoy, nos unamos para trabajar con ese
objetivo. ¡Muchas gracias! Que Dios los y las bendiga. Amén."
El cierre estuvo a cargo de Seri, de Movimiento de los Focolares, que nos deleitó con la canción "Danza" de Marilina Ross, muy acertada para un tiempo en donde es necesario renacer mismo del dolor y las cenizas.
Estela Andersen
Pastora de la IERP
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