Jueves Santo
El Jueves Santo, 28 de Marzo, a las 20 hs., en la comunidad de Bahía Blanca, recordamos la última cena de Jesús con sus amigos y amigas.
La comida consistía en cordero asado, matzah (pan sin levadura), hierbas amargas, huevo duro y jugo de uva, algunos de los alimentos que Jesús y sus discípulos compartieron en la noche que fue entregado, la noche en que celebraban la Pascua judía.Después de un saludo y hablar acerca de la celebración especial compartimos una visión del profeta Isaías acerca de la Cena del Señor:
“En el monte Sión, el Señor todopoderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos. En este monte destruirá el Señor el velo que cubría a todos los pueblos, el manto que envolvía a todas las naciones. El Señor destruirá para siempre la muerte, secará las lágrimas de los ojos de todos y hará desaparecer en toda la tierra la deshonra de su pueblo. El Señor lo ha dicho. En ese día se dirá: “Este es nuestro Dios, en él confiamos y él nos salvó. Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado”.” (Isaías 25: 6-9)
Antes de compartir la comida tuvimos un momento de reconciliación en donde nos saludamos con un abrazo deseándonos la paz y cantando "Shalom javerim".
En los primeros tiempos de la iglesia la comunión del pan
y del vino se celebraba dentro del contexto de una comida comunitaria llamada
“ágape”, como se explicó anteriormente. En los primeros tiempos, siguiendo las
tradiciones judías, se bendecía primero el pan, después se comía la comida, y
al final se bendecía a copa. Con el tiempo la bendición del pan y del vino se
unió y se separó de la comida comunitaria.
Rememoramos aquellas primeras eucaristías, por lo que primero repartimos, utilizando palabras de la Didajé, un escrito cristiano muy antiguo, contemporáneo con los evangelios, que explicaba, entre otras cosas, cómo bendecir el pan y el vino de la comunión. La oración era muy parecida a la que Jesús dijo aquella noche:
Bendito eres tú, Eterno, Dios nuestro, Rey del
universo, que haces brotar el pan de la tierra. Te damos gracias, Padre
nuestro, por la vida y el conocimiento que nos manifestaste por medio de Jesús,
tu siervo. Bendito seas porque en esta noche nos has dado el pan de vida en el
cuerpo de tu Hijo Jesucristo. Así como este pan que rompemos, en otro tiempo
diseminado por las colinas, ha sido recogido para no formar más que uno; que
así sea reunida tu Iglesia desde los confines de la tierra en tu Reino.
Una vez que compartimos el pan bendecido, comimos la comida, disfrutando del momento de comunión.
Mientras tanto hablamos acerca del significado de los alimentos de la Pascua judía:Cordero – zeroa: carne con hueso asada, recuerda el sacrificio del cordero de Pesaj, con cuya sangre los judíos pintaron los dinteles de sus casa para que el ángel de la muerte no entrase a tomar la vida de los primogénitos de su pueblo.
Huevo duro – beitzá: simboliza la
resistencia del pueblo de Israel ante las opresiones, cuanto más cocido, más
resistente queda.
Hierbas amargas – maror: recuerdan la amargura de la esclavitud.
Vino tinto: representa la vida, la alegría y
el bienestar que Dios creó y quiere para nosotros, como la sangre del cordero
pintada en los dinteles salvó a los israelitas de la décima plaga, la muerte de
los primogénitos. En la cena se toman 4 copas de vino, y cada una es bendecida
antes de ser bebida.
Pan sin levadura – matza: el pan ázimo recuerda la miseria del
tiempo en Egipto y el pan hecho a las apuradas la noche de la fuga de Egipto.
También recuerda el maná que fue el alimento en el desierto y salvó al pueblo
de Dios de la muerte.
Después, como lo hacemos siempre en nuestras casas y nuestras reuniones, sacamos todo de la mesa y dejamos todo bien limpio.
Se repartieron las copas
y servimos el jugo de uva. Una vez que todos estábamos listos, las levantamos para la bendición:"Bendito eres tú, Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, creador del fruto de la vid. Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David, tu siervo, que nos has revelado por Jesucristo tu Hijo. Bendito seas, porque en esta noche nos has renovado con la copa de salvación en la sangre de tu Hijo Jesucristo. Gloria a ti por los siglos. Amén."
Recordamos también que la noche en que Jesús fue entregado les lavó los pies a sus discípulos
e hicimos lo mismo, siguiendo su mandato de lavarnos los pies los unos a los otros.Alguien preguntó: ¿Cómo terminó esa noche?
Y la respuesta fue: "Después de la última Cena con sus discípulos, Jesús fue hecho prisionero, fue interrogado, acusado y despojado de sus vestiduras. Y así, desnudo, fue después clavado en la cruz."
Como señal de ese despojamiento que Cristo sufrió, retiramos todos los paños y adornos de la mesa del altar.
Como esta mesa que ahora es desvestida, Jesús será desvestido, será maltratado, será azotado, será herido por nuestra rebelión. El altar que recibió el pan y el vino de la alegría recibirá por mantel el cuerpo agonizante del Señor.
La mesa de la comunión se volverá mesa solitaria, abandonada. Nuestro Señor quedará al desnudo, avergonzado delante de todos, pero su amor por el mundo será más fuerte, aceptará entonces la humillación, y será obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Todos esa noche asumimos el siguiente compromiso de Semana Santa:
Donde Cristo camine, Lo seguiremos.
Donde Cristo tropiece, Nos
detendremos.
Donde Cristo grite, Lo
escucharemos.
Donde Cristo sufra, También
sufriremos.
Donde Cristo muera, Inclinaremos
nuestras cabezas con dolor.
Cuando Cristo resucite nuevamente en
gloria, Compartiremos su eterno gozo.
No hay otro camino; Cristo es
el único camino.
Viernes Santo:
El Viernes Santo, 29 de Marzo, celebramos cultos en Ströeder, a las 10 hs., y Carmen de Patagones, a las 17 hs.
Recordamos la muerte de nuestro Señor Jesucristo anunciado por los Profetas y las Escrituras, a través del Salmo 22.
Después compartimos una letanía:
Jesús que
estás entre los niños y bendices a los ancianos.
Cristo, amigo bueno, ¡Quédate a
nuestro lado!
Hermano
que siempre nos abrazas cuando estamos tristes y agobiados
Cristo, amigo bueno, ¡Quédate a
nuestro lado!
Compañero
que nos guías cuando perdemos la senda.
Cristo, amigo bueno ¡Quédate a
nuestro lado!
No te
vayas lejos, sostennos con tus manos cuando estemos cansadas después del
trabajo, en momentos de pruebas, en la vida cotidiana.
Cristo, amigo bueno, ¡Quédate a
nuestro lado!
Amado
Salvador, que nos das esperanzas cuando creemos que todo termina.
Cristo, amigo bueno, ¡Quédate a
nuestro lado!
Jesús, tú
que nos dices siempre que estás a nuestro lado ayudándonos a llevar las cargas cuando
se nos hacen pesadas.
Cristo, amigo bueno, sabemos de tu muerte, pero creemos en tu resurrección, por eso te esperamos con ansias, contamos el tiempo y estamos contigo. ¡Estamos a tu lado! Amén.
En un momento de meditación confesamos nuestra fe en forma silenciosa mientras escuchamos la canción "Si fui motivo de dolor".
Cuando decimos que Jesús vino a vencer el pesado y la muerte a través de la cruz, estamos hablando de todas aquellas cosas que nos pasan y que somos nosotros, la humanidad, los responsables, de las que Jesús nos vino a liberar.
Mientras que compartíamos el relato de la crucifixión, debajo de todas las figuras y palabras que significan muerte, iba apareciendo la cruz.
Esa cruz que Jesús cargó por nosotros y que significa liberación, superación.
Así, dejamos todo esto en las manos de Dios, descansar en Él y confiar que podemos renacer una y otra vez gracias a la fuerza que viene de su Espíritu.
"Condúcenos
de la muerte a la vida,
De la falsedad la verdad.
Condúcenos de la desesperación a la esperanza,
Del temor a la confianza.
Condúcenos del odio al amor,
De la guerra a la paz.
Permite que la paz inunde nuestro corazón,
Nuestro mundo, nuestro universo. Amén."
De la falsedad la verdad.
Condúcenos de la desesperación a la esperanza,
Del temor a la confianza.
Condúcenos del odio al amor,
De la guerra a la paz.
Permite que la paz inunde nuestro corazón,
Nuestro mundo, nuestro universo. Amén."
Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección:
En el nombre de Cristo que nos libra de la esclavitud a la que Satanás nos sometió. En el nombre del Espíritu Santo cuyo poder santificador nos capacita para testificar nuestra libertad. Amén
El Sábado de Gloria, 30 de Marzo, a las 18 hs., celebramos la Resurrección de nuestro Señor en Coronel Suárez.
Y el Domingo de Resurrección, 31 de Marzo, a las 10 hs., en Alpachiri
y General San Martín, a las 16 hs.
Si Cristo no resucitó, nuestra fe es vana y nuestros
pecados no son perdonados.
Pero
Cristo sí resucitó, y hay abundante perdón.
Si Cristo
no resucitó, no hay esperanza de vida eterna. Pero
Cristo sí resucitó, y hay vida eterna.
Si Cristo
no resucitó, los que duermen en él no resucitarán. Pero
Cristo sí resucito y resucitarán
Si Cristo
no resucitó, todavía reina Satanás en nuestras vidas. Pero
Cristo sí resucito y nos libra de Satanás
Si Cristo
no resucitó, tenemos que vivir temiendo a la muerte. Pero
Cristo sí resucitó y no tememos la muerte
Si Cristo
no resucitó, no puede ser nuestro Señor. Pero
Cristo sí resucitó y es nuestro Señor Glorioso
Si Cristo
no resucitó, vana es nuestra predicación. Pero
Cristo sí resucitó y lo proclamamos de todo corazón
Si Cristo
no resucitó, vana es nuestra fe. Pero
Cristo sí resucitó y vivimos por la fe en él
Si Cristo
no resucitó, somos los más infelices. Pero
Cristo sí resucitó y nos llena de júbilo
¡Cristo,
nuestro Señor, resucitó! ¡Verdaderamente Él resucitó! ¡Aleluya!
¡Cristo
vive! ¡Nosotros
también viviremos! ¡Aleluya!
¡Su
resurrección es la garantía de nuestra resurrección! ¡Cristo es nuestra vida! ¡Aleluya!
Renovamos nuestros votos bautismales con la certeza del perdón de Dios desde un arrepentimiento sincero. Recordamos las palabras de Pablo: “¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido... Dios es quien los hace justos” Ro 8.33
Con el texto de Colosenses 3:1-11, reflexionamos acerca de la Resurrección de Cristo como la nueva vida y la posibilidad de una vida plena en donde ya no hay diferencias de valor entre las personas, todas somos importantes y valiosas no sólo para Dios sino entre nosotros.
Vimos la historia de vida de Tonny Meléndez que gracias a la fe y un entorno de amor pudo superar las barreras de su discapacidad, de la misma manera que lo hicieron las mujeres en el sepulcro, consideradas en la sociedad como seres inferiores a las que Cristo dignificó.
Vimos que nuestro alejamiento de Dios nos discapacita en la fe y en el amor, por lo que es necesario que cada día ahoguemos la persona vieja que hay en cada uno de nosotros, para renacer en la persona nueva en Cristo.
La ofrenda estuvo destinada al Trabajo con Discapacidad en la IERP por eso aprovechamos a ver uno de los materiales de la "bolsa" que recibimos el año pasado. En esta oportunidad compartimos un video llamado "Cambio por un dolar".
Después de celebrar la Santa Cena compartimos un video con la canción "Sólo el amor" de Silvio Rodríguez interpretado por León Gieco.
Vayamos en paz a caminar el camino de su cruz y
resurrección.
Que Jesucristo, quien murió por nuestros pecados, nos bendiga y
nos guarde.
Que Jesucristo, quien resucitó a la vida por nuestra salvación,
haga brillar su luz sobre nosotros.
Que Jesucristo sea nuestra vida y nuestra
paz, ahora y siempre. Amén.
Y así terminamos cansados pero fortalecidos por las hermosas vivencias de un tiempo tan importante para todos los cristianos como lo es el tiempo de la Pascua.
Alejandro Faber, miembro de la Congregación Reformada de Tres Arroyos "Cristo Vive" y miembro también de la Junta Directiva de la IERP, nos acompañó en toda la gira de la Semana Santa, junto a su esposa Sandra Cirulli y su hija Maitén. Su intención fue conocer de cerca la vida de esta Congregación tan extensa. ¡Muchas gracias por la visita, que Dios los bendiga!
Estela Andersen
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