El Foro de Pastores Distritales y presidentes adjuntos y la Junta Directiva de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata en su reunión del mes de diciembre desea expresar su más profundo dolor e indignación ante los terribles asesinatos que han tenido como víctimas, en estos últimos meses y días, a niños y niñas pequeños. Asimismo señalamos que no menos indignante y dolorosa es la violencia contra la mujer que a lo largo de este año se ha expresado en múltiples víctimas quemadas, mutiladas o asesinadas.
Candela, Tomás, Gastón, Claudia son parte de una larga lista de nombres de niños y niñas víctimas del odio y la violencia. Es verdad que desde hace muchos siglos la violencia se ha instalado en la familia humana. Ello no nos exime de la responsabilidad de condenar con todo énfasis y fuerza estos hechos que nos duelen e indignan como iglesia y como personas. La banalidad de los pseudo justificativos debería preocupar a toda la sociedad porque indica que hay algo profundamente oscuro y equivocado en nuestra cultura.
Espanta y llena de estupor ver cómo, en diferentes circunstancias, adultos matan de manera cruel a pequeños. Debemos plantearnos la pregunta sobre qué nos está pasando en nuestra sociedad para que los adultos tomen como sus víctimas a pequeños de 10 hasta 13 o 15 años.
6 ¿No será el resultado de años insistiendo ante la opinión pública en bajar la edad de imputabilidad de los menores? ¿No será que los adultos ahora se sienten habilitados, con el ‘derecho’ de castigar en los menores las faltas reales o imaginarias de sus allegados?
6 Nos preocupa la cobertura periodística que, desde el caso Candela, hacen del crimen un espectáculo morboso. Con sus comentarios; explicaciones que lo único de científicas que tienen es la pretensión; análisis pormenorizados llenos de detalles morbosos hacen que la conducta enferma y patológica del o los criminales sea el centro de atención y reflexión de la sociedad toda. ¿No son conscientes del efecto contagio que tiene ese continuo hablar sobre? ¿No saben que al transformar la conducta enferma y criminal en el centro de sus programas estimulan en el criminal y enfermo el deseo de ser ese centro imaginario de toda la sociedad? ¿No saben que están apelando a lo más morboso y abyecto de la condición humana para obtener el vergonzoso beneficio de una mayor audiencia?
6 Nos preocupa que sectores de la policía encargados de la investigación dejen trascender datos, pistas y sospechas que luego, al ser publicadas, se transforman en verdades casi reveladas. ¿No es esta una manera indirecta de inducir los resultados de una investigación?
6 Nos preocupa que la inocencia de los niños y niñas asesinados sea utilizada para revolver en los conflictos y las conductas familiares como si fuese un tacho de basura. De esta manera, la verdad no es la sencilla conclusión de que no hay que matar, sino que esa muerte horrenda se explica y justifica indirectamente por el comportamiento del entorno familiar.
Como iglesia heredera de la reforma protestante, que funda su vida en la Palabra de Dios, los invitamos a reflexionar en apenas dos textos entre muchos otros que nos desafían a no descargar sobre los niños y niñas la enorme violencia que impera en nuestra sociedad.
Dice la Escritura:
“Solo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo.” Ezequiel 18,20
y
“Entonces Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos. Puso las manos sobre los niños, y se fue de aquel lugar.” San Mateo 19,14 - 15
Por la IERP, pastor presidente Carlos A. Duarte
Adviento 2011.
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