
Finalizamos con un Padrenuestro, todos tomados de las manos, orando por los chicos y sus familias.
Esta vez, muy serios, ya que lo que estaban por hacer era muy importante: un compromiso con Dios, de seguir a Cristo, ser uno más de sus discípulos.
Pasaron al frente y cuando la pastora les preguntó: "¿Se comprometen a permanecer en la fe; a contribuir con la iglesia mediante sus oraciones, dones y bienes de manera que la iglesia de Jesucristo sea parte integral de sus vidas? Si es así respondan: ¡Sí con la ayuda de Dios!", respondieron fuerte y decididamente: "¡Sí con la ayuda de Dios!"
Leila fue bendecida con las palabras del evangelio según Juan 8:12: "Yo soy la luz del mundo, la persona que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida".
Y Matías, con el evangelio según Juan 15:5: "Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. el que permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer".
¡Gracias, chicos, por su energía y frescura! Que Dios los bendiga.
Que la comunidad de Alpachiri siempre los cobije. Que la Iglesia Evangélica sea siempre su casa, no importa en qué lugar les toque vivir. No se olviden nunca de lo que vivieron y aprendieron durante este año y que sigan explorando en la Palabra de Dios.
Estela Andersen
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