El domingo 4 de Diciembre celebramos el segundo culto urbano junto a la gente de la Iglesia Metodista. Esta vez éramos los anfitriones.
Comenzamos compartiendo los textos del Antiguo Testamento del segundo domingo de Adviento con power point y música. Los textos fueron el Salmo 85 e Isaías 40:1-5.
Después compartimos una poesía de Gioconda Belli: "Los Portadores de Sueños"
mientras nos acompañaban imágenes y música.Los textos del Nuevo Testamento fueron leídos y reflexionados en comunidad.
Hablamos acerca de la apocalíptica como un estilo literario y no como un vaticinio de que todo va a terminar con una gran catástrofe. Vimos que estamos en el tiempo de la paciencia de Dios y que cada uno de nosotros somos llamados a proclamar el evangelio como una forma de acelerar la venida de Jesucristo, como el cumplimiento de la plenitud en Dios.
Después leímos Marcos 1:1-8. A partir del relato de Juan el Bautista y sus palabras que hablan del Bautismo de agua y del Espíritu, esto sólo lo haría el Cristo. Pensando en el Espíritu Santo como el fuego, reflexionamos acerca del agua y de fuego como purificadores.
Reflexionamos acerca de la reserva de sentido del agua en sí mismo y lo que desde la fe cristiana significa. Vimos que el agua nos da vida, nos limpia, nos refresca, nos renueva, al igual que el Bautismo.
Después, buscando la reserva de sentido del fuego, vimos que el fuego tiene una particularidad más fuerte que el agua y es que el fuego siempre transforma lo que toca, y eso mismo sucede cuando el Espíritu Santo actúa en nosotros y nos transforma.
2 Pedro 3:8-14
Hablamos acerca de la apocalíptica como un estilo literario y no como un vaticinio de que todo va a terminar con una gran catástrofe. Vimos que estamos en el tiempo de la paciencia de Dios y que cada uno de nosotros somos llamados a proclamar el evangelio como una forma de acelerar la venida de Jesucristo, como el cumplimiento de la plenitud en Dios.
Después leímos Marcos 1:1-8. A partir del relato de Juan el Bautista y sus palabras que hablan del Bautismo de agua y del Espíritu, esto sólo lo haría el Cristo. Pensando en el Espíritu Santo como el fuego, reflexionamos acerca del agua y de fuego como purificadores.
Reflexionamos acerca de la reserva de sentido del agua en sí mismo y lo que desde la fe cristiana significa. Vimos que el agua nos da vida, nos limpia, nos refresca, nos renueva, al igual que el Bautismo.
Después, buscando la reserva de sentido del fuego, vimos que el fuego tiene una particularidad más fuerte que el agua y es que el fuego siempre transforma lo que toca, y eso mismo sucede cuando el Espíritu Santo actúa en nosotros y nos transforma.Compartimos la Santa Cena y Aníbal nos guió en la oración de intercesión. Todos oramos el Padrenuestro y leímos la bendición:
Que Dios nos bendiga con el don de su justicia,
para abrir caminos nuevos proclamando la buena noticia de su llegada.
Que Dios nos bendiga con el don de su paz,
para alimentar la esperanza de un mundo nuevo cuyo nombre es “solidaridad”.
Que Dios nos bendiga con el don de su amor,
para defender la vida que tenemos y la que está viniendo,
como una pequeña luz en medio de la oscuridad. Amén.
Con la "Canción de la Navidad" de José Luis Perales terminamos el culto agradecidos y felices de poder celebrar juntos y de haber tenido esta iniciativa de los cultos urbanos.
Estela Andersen
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