miércoles, 7 de diciembre de 2016

Caminata por la Paz en la Diversidad

 El domingo 4 de Diciembre, la Confraternidad Judeo-Cristiana de Bahía Blanca organizó una Caminata por la Paz en la Diversidad como actividad de cierre del año.
 El lugar elegido fue el Parque de Mayo, en Salta y Urquiza, a partir de las 17.30 hs.
 Primeramente organizamos el lugar que sería también el cierre con unas palabras alusivas y un show de música.
 El día estaba bravo: hacía calor, el viento estaba muy fuerte y caliente y una tormenta amenazaba sobre nuestras cabezas.
Pero nada de eso nos amedrentó. Decidimos darle para adelante el tiempo que se pudiera, todos/as con cintas en nuestras cabezas, además de la bandera: estábamos caminando por la Paz, y diciendo que la Paz sólo es posible en una convivencia armónica en las diferencias, en la diversidad, en esa riqueza...
 Si bien la idea original había sido rodear el monumento a la mujer, decidimos dar la vuelta dentro del parque... estábamos viendo que el tiempo amenzaba... y queríamos hacer toda la actividad.
Y así regresamos al lugar de donde habíamos partido. Allí nos esperaba un grupo de personas que había llegado algo más tarde.
 Seri comenzó cantando una canción de Diego Torres: "Iguales", que de alguna manera resumía el mensaje que estábamos queriendo dar.
Luego, la coordinadora evangélica de la Confraternidad, Estela Andersen, dio la bienvenida y la razón de la convocatoria:
"Dice la canción que escuchamos:
"Siempre hay más de una visión de la película,
otros modos de mirar, muchas formas de escribir,
y nadie tiene la verdad, las voces son infinitas.
Yo soy igual a ti, tú eres igual a mí
y es uno solo el amor..."
Como Confraternidad quisimos terminar el año con este gesto: caminando por la Paz en la Diversidad. Porque caminar es algo concreto, que nos une, y en la Diversidad, porque somos diferentes, cada uno/a especiales.
Más allá de nuestra etnia, nuestra fe, nuestra sexualidad...
Pensamos que en un tiempo tan convulsionado en el que vivimos como humanidad, tan individualista, la única salida es el encuentro, el mirarnos los/as unos/as a los/as otros/as y darnos cuenta de que somos todos/as seres humanos, que sentimos, trabajamos, creemos, soñamos... aunque lo hagamos de diferentes formas...
La diversidad es como el arco iris, todos sus colores son diferentes, pero juntos, forman la luz. Porque cuando se descompone la luz con un prisma, se forma el arco iris. Cada color es tan necesario como el otro, y juntos, logran la armonía... como nosotros/as, si logramos vivir en la armonía en esta diversidad que somos, en una convivencia en el respeto y la tolerancia, seremos luz."
Luego, el coordinador judío de la Confraternidad, Gabriel Anmuth, explicó quienes somos, qué hacemos y por qué.
La última oradora fue la coordinadora católica de la Confraternidad, Laura Vecchi, quien estuvo a cargo del mensaje:
"Nos encontramos en un mundo convulsionado, que tiene conflictos de todo tipo, en un país que presenta divisiones “grietas”, con familias divididas…Y si miramos alrededor vemos un panorama de continua desconfianza por el “otro” por el que es distinto a nosotros. Como confraternidad Juedeocristiana nos desafiamos y los desafiamos a pensar y trabajar por la Paz, la Paz también junto al otro, al distinto al que me presenta la diversidad en el más amplio sentido.
¿Es posible que pensemos en respetarnos, aceptarnos con alguien que no es como yo, que piensa distinto, que tiene otra sexualidad, otro género, otra inclinación política, otra edad?
Creemos que La Paz verdadera, no es solo la no violencia sino que es algo activo, que es una consecuencia de la Unidad que se genera con el compromiso del amor hacia el otro. 
Para quienes tenemos una convicción religiosa este amor conlleva el amor al prójimo “el amar a otro como a uno mismo” o “no hacerle al otro lo que no te gustaría que te hagan” presente en todas las religiones, pero para quienes no tienen una fe religiosa puede ser vivir los valores de la solidaridad, la benevolencia, la filantropía…
Este amor que puede alcanzar la Paz debe ser fuerte, capaz de amar también a quien no nos gusta, quien no nos cae simpático, quien es diferente…Deberíamos ser capaces de tener un amor que arremete, un amor valiente, también, capaz de perdonar…
El Papa Francisco aseguró que el respeto a la diversidad y la búsqueda de la unidad, no obstante las diferencias, es el camino a la paz.
La cultura de la paz es ante todo, cultura del diálogo. Con este que es distinto, tan distinto a mí, pero que es igual a mí en dignidad, en valor.
De esta forma La paz significa en primer lugar comprometerse hasta el fondo en el diálogo, esta palabra que está un poquito devaluada, considerar seriamente el diálogo, no sólo como un método, sino como un valor en sí. El auténtico diálogo es tal, si no es sólo un episodio, si promueve y construye una cultura del diálogo. El diálogo significa profundo interés por el otro, es conocimiento y aprecio recíproco, es respeto sincero por la diversidad, quiere decir valorar el pluralismo.
El Rabino, argentino AbrahanSkorka escribía “Dialogar, en su sentido más profundo, es acercar el alma de uno al otro, a fin de revelar e iluminar su interior”.
Si, este camino de la Paz y en el respeto de la diversidad, no es fácil, no está exento de grandes dificultades. Es como la experiencia que hacemos cada vez que nos encontramos con los integrantes de la Confraternidad Judeocristiana que tratamos de ir juntos más allá de nuestras diferencias (que son varias) pero donde experimentamos que esas diferencias nos enriquecen, nos complementan y amplían nuestra visión.
Así vemos fundamental el pasar de una necesaria convivencia al mutuo reconocimiento y al descubrimiento del otro.
Frente a una sociedad sin Paz, quizá nos parezca imposible llegar a la Paz…pero de lo que si podemos estar seguros es de tener la Paz nosotros mismos primero para luego llevarla allí donde estemos: en el trabajo, en la escuela, en la familia. Nos desafío a que juntos podamos ser portadores de Paz donde nos toque (empezando por lo pequeño y cotidiano).
“¡No es un juego comprometerse a vivir y a difundir la paz! Decía Chiara Lubich (cristiana católica, fundadora del mov. de los Focolares, ante la ONU en1997) Es preciso tener valor. Es necesario saber sufrir. (…) Si muchas personas aceptaran el sufrimiento por amor, el sufrimiento que exige el amor, se podría convertir en el arma más poderosa para dar a la Humanidad su más elevada dignidad: sentirse no tanto un conjunto de pueblos, uno junto a otro, muchas veces en lucha entre sí, sino un único pueblo, embellecido por la diversidad de cada uno y depositario de las diferentes identidades"
 Seri nos acompañó con algunas canciones más, que cantamos junto a ella, ya que había preparado papeles con las letras.
 El auditorio más cercano cantaba animadamente.
Luego fue el turno de Viviana Lasover, en el teclado, y Verónica Rozic, en el saxo.
El primer tema fue "Oifn pripechik", que también la conocemos como "Si yo fuera rico", de la película "El violonista del tejado".
Mientras tanto (como ya la lluvia era inminente) comenzamos a repartir chupetines y caramelos "pico dulce", que tienen la particularidad de tener los colores del arco iris, pero por dentro son blancos, igual que la luz. Lo tomamos como un símbolo de la Paz que queremos compartir, que soñamos y que seguramente nos va a endulzar la Vida.
Aquí Vivi y Vero interpretan "Tzena tzena".
 Como la lluvia al final no terminaba de caer, mientras juntaban los equipos de sonido, Seri cantó algunas canciones clasicas del rock nacional, acompañándolas con la guitarra, que todos/as cantamos con alegría.
No nos queríamos ir, pero la actividad había llegado a su fin. Será hasta el año que viene.
¡Muchas gracias a quienes se hicieron eco de esta actividad!

Estela Andersen

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