Comenzamos, como ya es habitual, con una bienvenida a cargo de la Pastora y una oración agradeciendo el encuentro y bendiciendo los alimentos y la tarde que compartimos en comunidad.
La charla fue amena y las tortas realmente deliciosas, cada vez más ricas y abundantes.
Después compartimos algunos cantos comunitarios como el inicio de la charla a cargo de la Pastora sobre su viaje a Alemania en el mes de Junio.
La idea un poco fue compartir la experiencia con la gente, pero también que se puedan ver identificados en las congregaciones de Alemania y descubrir así que somos más parecidos de lo que pensamos y que también tienen problemas similares a los nuestros. También pudieron ver que en lo que respecta a la participación de la gente en la Iglesia y la deserción está más complicada allá que acá. Esto fue todo un descubrimiento para muchas de las personas presentes.
¡Gracias a las mujeres que no tuvieron pereza en hacer una enorme cantidad y variedad de tortas y masas! ¡Gracias a los varones que fueron de aquí para allá para conseguir las mesas y todo lo necesario para acondicionar el salón! Hay una canción que dice:
"No basta sólo una mano si yuyos hay que arrancar;
el pasto de los campos en surcos se volverá.
Vamos juntos de la mano,
hay tanto para plantar."
Una comunidad que trabaja codo a codo es una comunidad que crece en todas las dimensiones de la palabra. ¡Que Dios los y las bendiga!
Estela Andersen
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