El texto que reflexionamos fue el de Mateo 13:24-33, muy conocido, pero a la vez muy profundo. Lo que surgió sobre todas las cosas fue la idea de que dentro de cada uno de nosotros está el trigo y la cizaña. También el mensaje de no desesperar y desanimarnos ante los resultados, que a veces no condicen nuestro esfuerzo.
A pesar de la noche fría y algunos enfermos, pudimos llevar adelante el programa. La posibilidad de ser pocos también nos permite vivir otro aspecto no menos importante de la Lectio: la intimidad.
En Noviembre tendremos la última Lectio del año, en esa oportunidad, en la Iglesia Luterana.
¡Gracias a todos y todas que se acercaron esa noche y luego compartieron la comida!
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