jueves, 15 de octubre de 2009

Recordación del Bautismo - repercusiones

Soy Marina, y no recuerdo en qué lugar me bautizaron.
Pero sí conocí a mis padrinos, bueno, pero de los que sí estoy segura, es de haber sido bautizada, eso lo siento adentro mío.
Pero quiero hablar o escribir, sobre el Bautismo.
Lo primero que decimos es que por el Bautismo quedamos especialmente libres del pecado original, al recibirlo.
El Bautismo es un sacramento que renueva.
Nunca lo pensamos, pero es así.
¡Nacemos dos veces!
La primera por el amor de nuestros padres; y luego por medio del Bautismo.
El que no nace del agua y del Espíritu, por supuesto, Hijo, Padre y Espíritu Santo, no entrará al Reino de Dios.
El Bautismo nos hace Miembros de la Iglesia.
Por el Bautismo, Dios nos llama a emprender juntos, la marcha hacia Él.
Así somos hermanos de la Gran Familia de Dios para ayudar al amigo fatigado.
La Iglesia me ayuda y yo tengo un compromiso en todas partes, como parte de ella, porque pertenezco al Pueblo de Dios.
Estar bautizado nos hermana con los que creen en Dios como nuestro Padre.
Jesús será nuestro modelo de vida, salvador y es el Rey del Mundo.
Así somos hijos adoptivos de Dios.
¡Hay que vivir como bautizados!
No nacemos del Agua, tenemos que vivir y Nacer del Espíritu y permitir su guía.
Pasado un tiempo cuando estamos más grandes y sabemos más sobre Dios nos disponemos a confirmar lo recibido de bebés y decidimos Confirmar a Dios nuestra vida con nuestra propia decisión, Servir y Amar a Dios.

Marina, que es católica, participa de los Estudios Bíblicos en Punta Alta

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