La gente se acercó con entusiasmo, algunos bastante curiosos porque no conocían esta celebración que año a año se hace ecuménicamente alrededor del mundo, elaborado por un país en especial. Este año fue Polonia la que elaboró todos los materiales.
La pastora Estela Andersen, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, por ser local, fue la encargada de dar la bienvenida a los presentes, explicar un poco sobre esta celebración y guiar toda la celebración. Los demás líderes religiosos estuvieron a cargo de las diferentes partes de la celebración de una forma equitativa.La pastora Natalia Barrios, de la Iglesia Metodista, entre otras cosas estuvo a cargo de la reflexión del texto de Habacuc 3:17-19.
El pastor Rubén Corrales, de la Iglesia Bautista, nos acompañó con la reflexión del texto de 1 Corintios 15:51-58.
El padre Idelfonso Sola, de la Iglesia Católico-Romana, estuvo a cargo de la última reflexión sobre el texto de Juan 12:23-26.
Después del Credo Niceno-Constantinopolitano, María Esther entró con el pan sin levaduraEn Polonia estos panes se llaman oplatek y son como unas obleas.
Los pastores Estela Andersen y Carlos Duarte, explicaron la tradición polaca de compartir estos panes en tiempos de Navidad como un mensaje de amor, perdón y paz.
Se invitó a hacer lo mismo como un gesto de paz y amor a todos los presentes.
Y así, como un sólo pan, que es Cristo, nos unimos los cristianos de las diferentes denominaciones rompiendo las barreras que nos separan y apostando a la unidad que es el deseo de Dios para con nosotros: un solo pan, un solo rebaño, un solo Pastor.
Al finalizar la celebración, Carlos Duarte, el Pastor Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, contó un poco acerca de su tarea dentro de la Iglesia para todos aquellos que no lo conocían y no conocer la estructura de la IERP.
Después todos compartimos una cena a la canasta en donde aprovechamos a conversar y a disfrutar de un espacio ameno y de comunión.
Estela Andersen
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