Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Eh, tú, que derribas el templo y en tres días lo vuelves a levantar, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz! De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley. Decían: Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. ¡Que baje de la cruz ese Mesías, Rey de Israel, para que veamos y creamos!
San Marcos 15,29 – 32.
Un mundo que mide a las personas por su éxito
no puede comprender la profundidad del dolor de Dios
en la humanidad que sufre.
Un mundo que mide a las personas por la cantidad que produce,
consume o hace producir y consumir
no puede comprender la profundidad de la soledad de Dios
en la humanidad que ni consume ni produce.
Un mundo que mide a las personas por lo que gasta en sus fiestas de escándalo
no puede comprender la profundidad de la escandalosa cruz de nuestra humanidad.
Solo cuando comprendemos
el dolor de Dios
la soledad de Dios
el escándalo de Dios en la cruz
que es el dolor soledad y escándalo de Jesús
solo entonces podemos comprender el significado de la resurrección
su potencia
su gloria.
Jesús nos guía con su resurrección
por el camino de la esperanza
con la alegría de lo pequeño en la vida
en la armonía de la creación con sus olores sabores y colores
en Él confiamos y creemos porque Él es la vida y la resurrección.
Amén.
Como Iglesia Evangélica del Río de la Plata estamos llamados a celebrar la resurrección con la mirada puesta en aquel que se sometió a la humillación más profunda para que nuestras esperanzas no se basen en el éxito sino en Él.
Felices Pascuas y que el Dios de la vida bendiga todo lo que digan y hagan en estos días.
Afectuosamente en Cristo Jesús:
Carlos A. Duarte, pastor presidente.
Sonia Skupch, secretaria general.
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