martes, 28 de septiembre de 2010

Encuentro de Mujeres Sureñas

El sábado 25 de Septiembre, antes de las 10 de la mañana, ya estaba todo listo: flores, mantel, agua caliente, tazas, azúcar y tortas de levadura.
El tema que nos convocaba era: "¡Atención: La valentía es cosa de Mujeres!"
Las más valientes llegaron de Allen, poco después de las 7.30 hs., y ayudaron con los últimos detalles.
Y después, desayunaron merecidamente.
Nos esperaba una mesa llena de "armas" que muchas hemos utilizado en diferentes momentos de nuestras vidas.
Cada una de las participantes debía elegir un objeto y luego, al presentarse, decir porqué razón había elegido el "arma".
Nos escuchamos atentamente.
Reímos y también nos emocionamos con las historias que cada una compartió a partir del objeto elegido.

La primera dinámica estuvo a cargo de Linda, quien nos paseó por diferentes mujeres que trascendieron en el tiempo.
Fuimos pasándonos los retratos de estas mujeres valientes, sorprendiéndonos de sus historias y de los desafíos que aceptaron.
Juana de Arco, Ana Bolena, Juana Aurduy, Lady Di, Gabriela Mistal...
Marie Curie, Eva Perón, Teresa de Calcuta, Tita Merello...
Las madres de la plaza de Mayo y tantas otras que permitieron demostrar que la valentía sí es cosa de mujeres, al punto de ser capaces de arriesgar sus vidas por salvar a otras.

Después de la pausa del almuerzo, en donde disfrutamos de una rica comida y un momento de comunión, seguimos con la segunda dinámica...
... que estuvo a cargo de Valeria.
Se trataba de un juego parecido al del ahorcado, en donde teníamos que pedir vocales y así, adivinar la palabra.
Pero en vez de un hombrecito ahorcado...
¡Les sacabamos la armadura y las armas a una de nuestras compañeras, vestidas para la ocasión.
La primera voluntaria fue Linda.
La segunda fue Mirtha.
Y la tercera, Elsa.
Aquí tenemos una frase célebre de la mamá de Valeria:
La verdad que nos divetimos muchísmo. Pero nada es para siempre, por lo que después llegó el momento de reflexionar...

Para los estudios bíblicos nos dividimos de cuatro grupos. Cada grupo debía trabajar con un texto diferente, por esa razón no hubo ninguna presentación ni expliación previa.
El primer grupo trabajó con Éxodo 1:8-21, viendo a las parteras que salvaron a los hijos de las hebreas por temor a Dios.
El segundo grupo trabajó con Js.2:1-21, viendo la valentía de Rajab, que por temor a Dios escondió a los espías israelitas a cambio de protección de ella y su familia.
El tercer grupo trabajó con Jn.20:11-18, viendo la valentía de María Magdalena que exigió la parición del cuerpo de su Maestro, Jesús, y no dudó en proclamar su resurrección.
El cuarto grupo trabajó con Hch.16:11-15, en donde descubrieron la valentía de Lidia que abrió su casa a Pablo y sus amigos, pero también a todo cristiano que necesite de su hospitalidad, sobre todo, teniendo en cuenta que en aquellos tiempos, los cristianos eran perseguidos.
En el plenario, cada grupo trajo ejemplos de mujeres actuales y algunas de las mujeres que habíamos visto a la mañana.
El descubrir en las mujeres de la Biblia, mujeres de carne y hueso igual a nosotras, permitió sentirnos identificadas y compartir con las demás nuestros propios actos de valentía.
Darnos cuenta de que somos llamadas a proclamar la resurrección de nuestro Señor fue un desafío muy grande y saber que es posible desde nuestra humanidad.
No podemos ser cristianas sin ser hospitalarias, es parte de nuestra misión. Lidia nos alienta a abrir nuestras casas y recibir siempre con nuestros corazones rebozantes de amor cristiano.
Ya la noche se acercaba y el sol se debilitaba cuando tuvimos nuestro devocional de cierre a cargo de María Esther, quien mezcló la cultura de los pueblos originarios, en este caso, los mapuches, la de los inmigrantes, en su caso, de sudáfrica, y nuestra cultura actual, en la que estamos inmersas.
María Esther se inspiró en el libro de Esther y nos trajo una proción para compartir con nosotras.
Escuchamos cantos de las diferentes culturas, y también cantamos las de nuestro cancionero.
Después de un largo día de compartir tantas cosas, el devocional resultó un buen descanso, un momento de relajación que todas disfrutamos.
Antes de despedirnos cantamos "Aprender a volar", de Patricia Sosa:
"Duro es el camino y sé que no es fácil
no sé si habrá tiempo para descansar
en esta aventura
de amor y coraje
sólo hay que cerrar los ojos y echarse a volar.
Y cuando el corazón galope fuerte, déjalo salir
no existe la razón que venza la pasión, las ganas de vivir.
Puedes creer, puedes soñar
abre tus alas, quí está tu libertad
y no pierdas tiempo, escucha al viento
canta por lo que vendrá
no es tan difícil que aprendas a volar.
No pierdas la fe, no pierdas la calma
aunque a veces este mundo no pide perdón
grita aunque te duela, llora si hace falta
limpia las heridas que cura el amor.
Y no apures el camino, al fin todo llegará
cada luz, cada mañana, todo espera en su lugar.
Y aquí está el grupo, o parte de él, ya que fluctuó un poco a lo largo del día:
Arriba: Carla y Valeria.
En el medio: Marcia, Miriam, Elsa, María Esther, Mirtha, Hilda y Linda.
Abajo: Carolina, Estela y Alicia.
Nelly tuvo que irse antes del almuerzo, por esa razón no salió en la foto.
Fue un día maravilloso, realmente un encuentro en donde pudimos reflexionar, emocionarnos, reir, alabar a Dios y abrir nuestros corazones.
¡Gracias a quienes hicieron posible que esto se realizara! ¡Que Dios las y los bendiga!
Las esperamos el año que viene: 24 y 25 de Septiembre, en Bahía Blanca.
Estela Andersen

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