martes, 23 de marzo de 2010

Preparándonos para la Pascua

El sábado 20 estuvimos reunidos con los chicos con un programa muy especial: los preparativos de la Pascua. Primero cantamos un poco y luego nos sentamos en ronda para escuchar el relato de la resurrección de Jesús, cuando las mujeres fueron al sepulcro y lo encontraron vacío.
En la primera actividad los chicos tenían que romper unos huevos, y para sorpresa se encontraron con que algunos estaban vacíos. Entonces hablamos acerca de lo que sintieron y de lo que significa la resurrección, y el hecho de que Jesús murió para nuestra salvación.
Después los chicos picaron las cáscaras de los huevos y lo pegaron como marco a lo que más tarde pintarían: un mural en papel madera para que sea el adorno principal para el Viernes 2, en donde nos encontraremos en el marco de las celebraciones de la Semana Santa.
Los chicos prepararon unas tarjetas para repartir el Viernes Santo con la inscripción: "Te ofrezco mi corazón" y una cruz, que tenían que colorear, con una corazón en el medio. Fue muy divertido ya que cada chico le ponía su toque personal.
Después, ¡el momento esperado! Pusimos el papel madera en el piso y ¡manos a la obra! Primero los mása grandes dejaron que los pequeños se expresaran a gusto, y después siguieron ellos.
Decidieron seguir el mismo tema de las tarjetas junto con ¡los huevos! Ahora decorados y coloridos.
Para los chicos fue un gran descubrimiento el significado de esos huevos que año taras año reciben en la Pascua. Nunca se habían imaginado que esas delicias de chocolate significan la tumba vacía, la resurrección de nuestro Señor Jesús.
Por eso sintieron que no podía haber una frase más simbólica que "te doy mi corazón", ya que Jesús nos lo dio en la cruz, y nosotros se lo damos como agradecimiento al mayor regalo: la eternidad.
Después de una tarde hermosa con los chicos, este reencuentro tan esperado, me quedo con una reflexión de uno de los chicos: "Ah, entonces, ¡desde la resurrección de Jesús, somo inmortales!".
Sí, con esa misma alegría y sorpresa, deberíamos vivir esta Semana Santa. Que el gran acontecimiento de la resurrección de Jesucristo haga renacer el optimismo en nuestros corazones, que dejemos a un lado las amarguras y las frustraciones diarias para darnos cuentas, por fin, de las cosas más importantes de nuestras vidas.
Esta Pascua celebrémosla con huevos vacíos y llenos de amor, porque ¡Cristo resucitó para todos!
Estela

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