¿Cómo está el vaso?
Durante la semana, mientras Estela preparaba su informe pastoral para presentar en la Asamblea, podía notar en un simple texto cuántas cosas se habían logrado en la congregación en no más de un año; compartí varias de las actividades desarrolladas y tengo la oportunidad de ver los procesos por los que van pasando las comunidades en este tiempo.
El día domingo durante la Asamblea pude notar que las personas presentes se sintieron desanimadas, en algunos casos desamparadas por sus propias comunidades; el sentimiento de que “siempre somos los mismos”, ó “ya intentamos eso” me provocó cierta angustia y recordé esta imagen del vaso con agua; ahora me pregunto ¿Cómo vemos el vaso nosotros? ¿Medio lleno o medio vacío?
¿Vemos los logros, lo que se está haciendo o caemos en ver siempre lo negativo, lo que todavía nos falta? ¿Vivimos las reuniones como una fiesta, animamos a las personas a que se acerquen?
Creo que si bien hay muchos desafíos y cosas por trabajar en las comunidades, no debemos dejar de ver lo positivo; las cosas que se fueron logrando, los cambios que se fueron produciendo en cada comunidad; esto debe ser lo que nos anime, nos de alegría, fuerzas y seguridad para contagiar a otras personas; y cuando nos sintamos un poco desanimados y creamos que ya no hay nada por hacer recordemos que no estamos solos, que nuestro buen Dios camina a nuestro lado, se presenta en nuestro hermano, en nuestra hermana y nos muestra que todavía hay algo por hacer, que hay gente dispuesta a trabajar y luchar junto a nosotros, que hay nuevas propuestas, solo tenemos que animarnos y empezar a trabajar.
Paula Fogel
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