Queridos Juan, Nico y Priscila:
Ya hace muchos
años que nos conocemos, a Juan y Priscila, 7 años, y a Nico lo conocí un poco
más tarde…
Primero fue
la escuelita bíblica y los campamentos… después las clases de Confirmación y ¡a
estudiar!
Han cambiado
mucho, sobre todo porque están más altos y pasaron de ser niños a ser jóvenes…
pero no sólo eso, han dejado la inocencia atrás y ahora desean caminar sobre
sus propios pies, sueñan con la independencia, con una vida, con un amor… y eso
es bueno, eso es parte de la vida, de crecer, de ir dejando, de a poco el nido
y volar con las propias alas.
Sé que esta
etapa es una de las más difíciles de la vida, porque se definen muchas cosas
que afectarán el futuro también. Por eso hoy, en que se independizan en la fe,
esto es, asumen aquello que sus padres y padrinos asumieron en sus Bautismos,
quiero compartir con ustedes algunos pensamientos: sean fieles a sí mismos, no
cambien su forma de ser o su conducta por querer parecerse a otro más “piola”,
no desprecien los consejos de aquellas personas que han vivido más que ustedes,
pero a la vez nunca dejen de soñar, de proponerse metas, de pensar que se puede
lograr todo si se lo proponen.
Cuando
piensen en la carrera o profesión a elegir, no caigan en la tontería de creer
que buscando el dinero encontrarán la felicidad, la felicidad está en hacer lo
que se ama, en aquello que nos hace bien, en aquello que va más allá de un
trabajo.
Vivan la vida
en el amor, disfrutando cada momento, amando cada momento, aunque sea duro,
aunque estén sufriendo. No se enojen con la vida y menos con Dios, en cada
dificultad hay un aprendizaje y al paso de los años podrán ver que, al igual
que un rompecabezas, cada pieza encaja perfectamente y que todo sucede por
algo. Lo importante es que siempre busquen lo bueno, vean lo positivo y sigan sus
ideales.
¡Que
Dios los bendiga!
Una vez que confesaron su fe a través del Credo Apostólico junto a toda la comunidad, l@s tres jóvenes dijeron sí a la tradicional pregunta:
"¿Se comprometen a
permanecer en la fe, a contribuir con la iglesia mediante sus oraciones, dones
y bienes de manera que la iglesia de Jesucristo sea parte integral de sus
vidas? Si es así respondan: ¡Sí, con la ayuda de Dios!"
Luego, cada un@ recibió una bendición con la imposición de manos:
Después tanto a l@s jóvenes, como a la comunidad se le hicieron las recomendaciones pertinentes:
"Querid@s jóvenes: a partir de ahora
ustedes deben saber que siempre están invitad@s a participar de la Santa Cena.
Como miembros del cuerpo de Cristo en esta iglesia tiene el derecho y el deber
de buscar refugio, consuelo y fortaleza en la Mesa que anticipa el Reino de
Dios. También tienen el derecho y el deber de compartir en esa Mesa sus
alegrías, los dones que han recibido y todo lo bueno que Dios les da."
"Querida congregación: les exhorto a que ayuden a estos jóvenes
cristianos para que puedan crecer en su fe y fortalecerla. Oren por ellos y no
les den malos ejemplos. No los dejen solos, sino junto a ellos consagremos
nuestras vidas a difundir el mensaje del Reino de Dios y su justicia que Jesús
el Cristo nos llamó a buscar."
¡Que Dios l@s bendiga!
Estela Andersen
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