En Bahía Blanca, el lugar pautado era la Iglesia Argentina para Cristo, en Drago 2434, a las 20 hs.
Tal como la habían preparado las mujeres chilenas, comenzamos la celebración con la entrada de las mujeres que nos guiarían
La mujer del Centro de Chile llevaba la Biblia.
La mujer Aymara llevaba la cruz.
La mujer Mapuche llevaba espigas de trigo.
La mujer de la Isla de Pascua llevaba una vasija con tierra.
Se había congregado una buena cantidad de personas...
... que deseaban celebrar el DMO con nosotras
Las cuatro mujeres que caracterizaban al pueblo chileno y las demás que estaban a cargo de la celebración dejaron en el altar: agua, granos de trigo, piñones y el pan, el centro de nuestra celebración y reflexión.
La mujer del Norte nos saludó en Aymara: Napaykullayki.
La mujer del Sur, en Mapuche: Mari Mari lamgnem.
La mujer de la Isla de Pascua, en Rapa-nui: Iorana.
Y la del Centro en español: Buenas noches.
Finalmente las cuatro juntas nos dieron la bienvenida en nombre de Chile.
Gabriela Zampetti fue quien guió toda la celebración.
Las mujeres del Ejército de Salvación estuvieron a cargo de las lecturas bíblicas. Aquí las vemos leyendo de forma teatralizada el texto de Deuteronomio 8:7-10.
Todas agradecimos a Dios por sus muchas bendiciones.
Sandra, personificada de la viuda de Sarepta, nos contó su experiencia de bendición de Dios en su encuentro con el profeta Elías, tomado de 1 Reyes 17:8-16.
La mujer del Centro de Chile llevaba la Biblia.
La mujer Aymara llevaba la cruz.
La mujer Mapuche llevaba espigas de trigo.
La mujer de la Isla de Pascua llevaba una vasija con tierra.
Se había congregado una buena cantidad de personas...
... que deseaban celebrar el DMO con nosotras
Las cuatro mujeres que caracterizaban al pueblo chileno y las demás que estaban a cargo de la celebración dejaron en el altar: agua, granos de trigo, piñones y el pan, el centro de nuestra celebración y reflexión.
La mujer del Norte nos saludó en Aymara: Napaykullayki.
La mujer del Sur, en Mapuche: Mari Mari lamgnem.
La mujer de la Isla de Pascua, en Rapa-nui: Iorana.
Y la del Centro en español: Buenas noches.
Finalmente las cuatro juntas nos dieron la bienvenida en nombre de Chile.
Gabriela Zampetti fue quien guió toda la celebración.
Las mujeres del Ejército de Salvación estuvieron a cargo de las lecturas bíblicas. Aquí las vemos leyendo de forma teatralizada el texto de Deuteronomio 8:7-10.
Todas agradecimos a Dios por sus muchas bendiciones.
Sandra, personificada de la viuda de Sarepta, nos contó su experiencia de bendición de Dios en su encuentro con el profeta Elías, tomado de 1 Reyes 17:8-16.
A través de las historias de vida conocimos parte de la historia chilena.
La mujer del Norte nos contó de la matanza de los trabajadores de las salitreras, en 1905, en Atacama.
Liliana nos llamó a confesar nuestra responsabilidad cuando permitimos que se abuse del más débil y a orar por los pobres y hambrientos.
La mujer del Sur nos contó sobre las minas de carbón en Lota, y de cómo, una vez cerradas definitivamente las minas, las mujeres sacaron adelante a sus familias amasando pan, usando hoy día, los hornos comunitarios.
Isabel nos llamó a confesar nuestra responsabilidad con respecto a la riqueza mal distribuida, y a pedir por aquellos que no tienen con qué alimentarse y por las madres que se ven obligadas a dejar a sus hijos solos para buscar el pan de cada día.
La mujer de la Isla de Pascua nos recordó la terrible dictadura militar que padeció el pueblo chileno de mano del General Pinochet, desde 1973 hasta 1989, y de cómo a pesar de la continua represión surgieron grandes actos de solidaridad, entre los que se destacaron las "Ollas comunes".
Claudia nos llamó a confesar a Dios nuestra mezquindad y egocentrismo, y a la vez pidió por las mujeres maltratadas y violadas, por las que son explotadas y por las que no tienen siquiera un poco de harina y aceite para amasar el pan de cada día.
La mujer del Centro nos habló de la depredación que está sufriendo Chile por parte de los capitales extranjeros y el materialismo que padece la población de ese país.
Gabriela nos llamó a confesar nuestra indiferencia ante el dolor ajeno y pidió por los niños que sufren el hambre, los hombre y mujeres que buscan trabajo y por todas las personas que de una u otra manera están sufriendo.
La mujer del Norte nos contó de la matanza de los trabajadores de las salitreras, en 1905, en Atacama.
Liliana nos llamó a confesar nuestra responsabilidad cuando permitimos que se abuse del más débil y a orar por los pobres y hambrientos.
La mujer del Sur nos contó sobre las minas de carbón en Lota, y de cómo, una vez cerradas definitivamente las minas, las mujeres sacaron adelante a sus familias amasando pan, usando hoy día, los hornos comunitarios.
Isabel nos llamó a confesar nuestra responsabilidad con respecto a la riqueza mal distribuida, y a pedir por aquellos que no tienen con qué alimentarse y por las madres que se ven obligadas a dejar a sus hijos solos para buscar el pan de cada día.
La mujer de la Isla de Pascua nos recordó la terrible dictadura militar que padeció el pueblo chileno de mano del General Pinochet, desde 1973 hasta 1989, y de cómo a pesar de la continua represión surgieron grandes actos de solidaridad, entre los que se destacaron las "Ollas comunes".
Claudia nos llamó a confesar a Dios nuestra mezquindad y egocentrismo, y a la vez pidió por las mujeres maltratadas y violadas, por las que son explotadas y por las que no tienen siquiera un poco de harina y aceite para amasar el pan de cada día.
La mujer del Centro nos habló de la depredación que está sufriendo Chile por parte de los capitales extranjeros y el materialismo que padece la población de ese país.
Gabriela nos llamó a confesar nuestra indiferencia ante el dolor ajeno y pidió por los niños que sufren el hambre, los hombre y mujeres que buscan trabajo y por todas las personas que de una u otra manera están sufriendo.
Después cantamos "Gracias a la vida", una canción de Violeta Parra, mientras veíamos imágenes de Chile y todo el trabajo de las mujeres en ese país.
Nuevamente el Ejército de Salvación nos sorprendió con una teatralización...
... del texto de Marcos 6:30-44.
... del texto de Marcos 6:30-44.
Pero no podíamos permitir que la gente sólo fuera espectadora, por lo que los hicimos trabajar. Debían formar grupos y decir ¿qué dones me ha dado Dios para que comparta con los demás? Habíamos distribuido papeles y lapiceras, los grupos debían escribir y luego cuatro mujeres los recogían.
Estrella,
Nilda,
Betty y Estela, fueron las encargadas.
Y así como se comparte el pan, y se multiplica al compartirlo...
... lo mismo ocurre con nuestros dones.
Después Inés Rostán nos trajo la reflexión. Al igual que el año pasado aprovechamos la de las Lecturas Diarias 2011 de ese día, preparado por las mujeres del Comité Uruguayo del DMO.
Después, Estela Andersen habló acerca del DMO y del destino de la ofrenda: Chile. También nos contó dónde estaban celebrando también en diferentes países, lo que nos permite tener una percepción de la magnitud de esta celebración. Todos recordaron el terremoto del año pasado, por lo que fue muy sencillo comprender la necesidad de Chile de nuestras ofendas.
Después de la ofrenda...
... las cuatro mujeres caracterizadas...
... repartieron pan entre la gente...
... y luego volvieron a subir al escenario.
Claudia Mayer, presidenta del LAME, nos contó acerca de su funcionamiento y nos invitó a todas a participar de sus reuniones mensuales. Nos contó que el año que viene el DMO va a ser en la Iglesia Evangélica Villa Rosas, en Venezuela 1520 (ella es de esa comunidad).
Estrella,
Nilda,
Betty y Estela, fueron las encargadas.
Y así como se comparte el pan, y se multiplica al compartirlo...
... lo mismo ocurre con nuestros dones.
Después Inés Rostán nos trajo la reflexión. Al igual que el año pasado aprovechamos la de las Lecturas Diarias 2011 de ese día, preparado por las mujeres del Comité Uruguayo del DMO.
Después, Estela Andersen habló acerca del DMO y del destino de la ofrenda: Chile. También nos contó dónde estaban celebrando también en diferentes países, lo que nos permite tener una percepción de la magnitud de esta celebración. Todos recordaron el terremoto del año pasado, por lo que fue muy sencillo comprender la necesidad de Chile de nuestras ofendas.
Después de la ofrenda...
... las cuatro mujeres caracterizadas...
... repartieron pan entre la gente...
... y luego volvieron a subir al escenario.
Claudia Mayer, presidenta del LAME, nos contó acerca de su funcionamiento y nos invitó a todas a participar de sus reuniones mensuales. Nos contó que el año que viene el DMO va a ser en la Iglesia Evangélica Villa Rosas, en Venezuela 1520 (ella es de esa comunidad).
Estela comentó que el año que viene estaremos orando y ofrendando por Malasia con el tema: "¡Dejen que reine la justicia!", además leyó varios saludos de mujeres de diferentes países en donde también, al igual que nosotras, celebraron el DMO.
Y así terminó todo. La gente que salía lentamente del templo (a pesar del calor). Riendo y conversando unos con otros.
Era como si después de esa hora y media celebrando, cantando, reflexionando y orando, estábamos más hermanados y nos costaba "despegar".
Aquí el grupo a pleno. Las iglesias que participaron fueron: la Iglesia Valdense, la Iglesia Argentina para Cristo, la Iglesia Asamblea de Dios, la Tercera Iglesia Bautista, la Iglesia Evangélica Misionera, el Ejército de Salvación, la Iglesia Metodista, la Iglesia Católica a través del Movimiento de los Focolares y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Y así terminó todo. La gente que salía lentamente del templo (a pesar del calor). Riendo y conversando unos con otros.
Era como si después de esa hora y media celebrando, cantando, reflexionando y orando, estábamos más hermanados y nos costaba "despegar".
Aquí el grupo a pleno. Las iglesias que participaron fueron: la Iglesia Valdense, la Iglesia Argentina para Cristo, la Iglesia Asamblea de Dios, la Tercera Iglesia Bautista, la Iglesia Evangélica Misionera, el Ejército de Salvación, la Iglesia Metodista, la Iglesia Católica a través del Movimiento de los Focolares y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
La música fue un factor muy importante para la celebración, y los músicos tocaron y cantaron con ganas. ¡Gracias, chicos, por compartir sus dones con nosotras!
Sandra, como la viuda de Sarepta ¡toda una actriz!
Las chicas, con sus ropas típicas, terminando de levantar la ofrenda.
La bendición ¡hermosa! y para no olvidarla:
Dios te bendiga
Dios te proteja
Dios te dé la paz
Dios te dé la paz
¡Gracias a todos y todas que hicieron posible esta celebración! Que las y los bendiga.
Estela Andersen
quede anonadado con este evento que organizo la iglesia evangélica en argentina,digno de destacar, hay que orar por el esparcimiento del evangelio en todo latinoamerica
ResponderEliminarun abraso a la distancia hermanos argentinos pronto estaremos en el aire radio mi pueblo on line
http://radiomipueblo.jimdo.com/discograf%C3%ADa/