martes, 1 de diciembre de 2015

"Me has tejido" - Cultos del mes de Noviembre

Durante todo el mes de Noviembre, en la Congregación se celebraron cultos inspirados en el Salmo 139 y la relación con el tejido en cualquiera de sus formas.
Comunidad de Coronel Suárez
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
General San Martín
Alpachiri
Carmen de Patagones
Comunidad de Coronel Suárez
¿Sabían el tejido, el entrelazado y el entremezclado han estado, están y estarán siempre presentes nuestra historia como humanidad? Han servido para la vida y desarrollo de la comunidad y la sociedad. La humanidad los ha aplicado a su existencia como un mecanismo para encontrar su esencia. Con ellos hemos podido crear los mitos que luego se transformaron en nuestras distintas historias, enriquecidas con los misterios de la vida. Los tejidos también nos han enseñado los significados de las pasiones y el control de ellas. Han contado relatos, han protegido y embellecido tanto nuestros cuerpos como nuestras viviendas, han sido elemento solucionador de nuestras necesidades tanto inmediatas como las más trascendentales. Otros de los aportes del tejido han sido el ser elemento pacificador y de equilibrio de las fuerzas ocultas en la naturaleza y en nosotros mismos, y el mejorar los niveles de participación del ser humano en el mundo y la sociedad.
Dios mismo, en la Biblia se presenta como tejedor…
Dice el Salmo 139(13-18):

“Porque tú has formado mi cuerpo,
me has tejido en el vientre de mi madre;
te doy gracias por tantas maravillas:
prodigio soy, prodigios son tus obras.
Mi aliento conocías cabalmente,
mis huesos no se te ocultaban,
cuando era formado en lo secreto,
tejido en las honduras de la tierra.
Mi embrión veían tus ojos;
en tu libro están escritos los días que me has fijado,
sin que aún exista el primero.
¡Qué arduos me resultan tus pensamientos, oh Dios,
qué incontable es su suma!
Si los cuento, son más que la arena;
al terminar, todavía estoy contigo.” 
Comunidad de Coronel Suárez
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
Confesamos a Dios nuestros pecados diciendo:
Querido Dios, que nos has dado la capacidad de unir nuestras mentes y manos para realizar cosas hermosas. Tejemos todo tipo de materiales como tú tejes nuestras vidas y caminos. Sabemos que muchas veces utilizamos nuestra creatividad para hacer daño, cortamos y destruimos los tejidos de la vida a través de nuestra falta de amor, nuestro egoísmo y mezquindad, nuestra indiferencia e hipocresía, por eso queremos pedirte perdón por todo esto, porque utilizamos los dones que nos has dado generosamente para nuestro propio beneficio sin importarnos si lastimamos a alguien. ¡Perdón, Señor, te pedimos y que nos recibas con misericordia para que podamos retomar el camino que tú nos has trazado! Conocemos tu misericordia infinita, por eso nos atrevemos a presentarnos arrepentidos y con la sincera intención de deshacer lo que podamos y restaurar a través del amor, el daño que causamos. ¡Ten compasión de nosotros y nosotras! ¡Señor, ten piedad de nosotros!
General San Martín
General San Martín
Anunciamos la gracia recordando que Jesús, quien murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra resurrección, nos dice que Dios se alegra cada vez que uno de sus hijos o hijas vuelve arrepentido, igual que la parábola de la mujer, que aparece en el evangelio según Lucas, que después de recuperar su moneda que había perdido llama a sus amigas y vecinas diciendo: “¡Alégrense conmigo, porque he hallado la moneda que había perdido!” ¡Gloria a Dios en las alturas!
Alpachiri
Alpachiri
Carmen de Patagones
Oremos: Señor, que nos has tejido en el vientre de nuestra madre, has tejido cada uno de nuestros tejidos, nos has formado perfectos, a tu imagen y semejanza, tejes nuestras vidas y comunidades, enséñanos a poner nuestras manos en tus manos para que seamos tus herramientas útiles, que tengamos la suavidad de la seda, el calor de la lana, la resistencia del lino y lo simple y cotidiano del algodón, haznos creativos y creativas para así entrelazar nuestras vidas, entremezclarnos sin diferencias y entregarnos sin temor a que nos quedemos “sin hilo”. Te los pedimos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Carmen de Patagones
Este video acompañó esta primera parte del culto.
Carmen de Patagones
Carmen de Patagones
Alpachiri
Si bien en todos los cultos se realizó la misma liturgia, los textos de la lectura y del sermón fueron diferentes, ya que se utilizaron los que correspondían a cada domingo.
Comunidad de Coronel Suárez
El 1º de Noviembre, en Coronel Suárez
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
y en Bahía Blanca
Comunidad de Coronel Suárez
reflexionamos acerca de las dificultades y las riquezas de trabajar juntos y juntas. En lo concreto, tres personas hicieron una trenza sin hablar ni dominar al otro. El resultado fue hermoso porque se dieron cuenta de que si bien sería más fácil hacerlo sol@s, era posible y resultaba muy gratificante.
General San Martín
El 22 de Noviembre, en General San Martín
Alpachiri
y en Alpachiri, reflexionamos acerca de nuestra fe en un Dios de Paz, al  igual que Jesús, que no permitió que sus discípulos lo defendieran con la espada. También oramos por el mundo y por nuestro país en un día de elecciones presidenciales. Como símbolo, encendimos una vela.
Carmen de Patagones
El 29 de Noviembre en Carmen de Patagones celebramos el 1º domingo d Adviento, y reflexionamos acerca del objetivo de la resistencia de los cristianos y cristianas en el mundo dando testimonio de Cristo y orando para permanecer firmes  hasta el final, que es el regreso de Jesucristo en toda su gloria. Algo que generalmente no predicamos, pero que repetimos una y otra vez en el Credo Apostólico y en las palabras de la Santa Cena.
Luego de los anuncios seguimos hablando del tejido, mientras pasaba este video.
El arte de tejer es una de las primeras actividades en que la humanidad  ocupó sus manos, construyendo soluciones y logrando resultados. Cuando se teje se clarifican las ideas y se recrean las historias ancestrales. En esos momentos el ser humano logra encontrar la oportunidad de transformar su existencia para crear su propio modelo dentro de los espacios profanos y sagrados de su organización y vida cultural.
El tejido aparece desde los primeros tiempos como una consecuencia utilitaria y complementaria de la vida. Está atado a las necesidades básicas. La primera invención de tejido es el entrelazar o entremezclar, principios elementales del sistema estructural. La invención de la estructura tejida es la organización más antigua y la más ‘universal’, aparece en todas las civilizaciones y agrupaciones sociales del mundo sin dejar de lado las culturas primitivas y étnicas que han existido o existen hoy en día.
El entrelazar es anterior a la invención de la rueda, lo prueban las culturas precolombinas que no conocieron la rueda. Esto confirma que el método del tejido o entrecruzamiento ha sido esencial en la existencia del ser humano. Además, no hay otra estructura más válida y con mayor capacidad de servicio más versátil que el entrecruzamiento. El sinónimo de fuerte se da en el entrelazar, a la vez, es transportable sin ser pesado y puede ser elaborado con muy pocas o casi ninguna herramienta. Los materiales con los que se fabrica el entrelazado son muy variados y de fácil acceso. Pueden ser materiales de origen vegetal o animal. Si técnicamente comparamos el entrelazar con la talla en piedra, o trabajo en metal o arcilla no llegan a tener la variedad, la utilidad y la capacidad de desarrollar la adaptabilidad, ductibilidad y flexibilidad que presentan los materiales apropiados para la actividad del tejido o entrecruzado.
En cualquier tejido hay muchas personas involucradas. Pensemos en la lana de este ovillo:
Personas que criaron y cuidaron las ovejas… las esquilaron… juntaron la lana… la transportaron… otras tantas hasta llegar a ser hilada, teñida, ovillada, trasladada a la lanería en donde la compré…
¡Cuántas manos pasaron antes que las mías! Es como la historia de la humanidad, de la comunidad cristiana, de las familias… la historia de cada uno de los que estamos aquí, celebrando… manos tejedoras, como las de Dios…

Luego gente de todas las comunidades fueron tejiendo la red que nos une...
Comunidad de Coronel Suárez
Estela y Alicia
Comunidad de Coronel Suárez
Blanca y Norma
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
Maka, Caro, Mara y Eli
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
Estela, Linda y Benjamín
General San Martín
Carmen y Nancy
General San Martín
Aldo y Nancy
Alpachiri
Lidia, Rosa, Tomi, Jonás y Delfina
Alpachiri
se sumó Araceli
Alpachiri
mmm ¡qué concentración!
Carmen de Patagones
Alicia y María Esther
Carmen de Patagones
Germán y Jonás, mientras Benjamín mira...
Estas son algunas de las personas que se animaron a poner sus manos en la lana.
Comunidad de Coronel Suárez
Jesucristo nos invita a la cena en comunidad tal y como somos:
las afligidas y los agobiados,
las felices y los dichosos,
las ancianas y los jóvenes,
las de la casa y los visitantes.
Todos y todas son bienvenidos, nadie debe quedar fuera y nadie debe excluirse.
El pan que da vida es para todas las personas.
El vino es el signo de la fiesta a la cual se nos ha invitado y en la cual ya estamos.

Es en este momento que recordamos las palabras de nuestro Señor Jesucristo en la noche en que fue entregado, cuando cenaba con sus amigos y amigas, tomó el pan, y habiendo dado gracias, lo partió y se los dio diciendo: “este es mi cuerpo que es dado por ustedes. Hagan esto en mi memoria”. Y asimismo, después de haber cenado, tomó la copa, y habiendo dado gracias, de la dio a ellos diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que es derramada por todos ustedes. Hagan esto, cada vez que beban, en mi memoria”.
"La Casa de Lidia" - Bahía Blanca
Ayúdanos, Señor, a hacer memoria de tu entrega amorosa, de tus manos abiertas que  reparten a todos por igual.
Ayúdanos, Señor, a no olvidarnos de beber tu verdad, y seguir siempre juntos tu camino sin mirar hacia atrás.
Ayúdanos, Señor, a alimentarnos de tu justicia y tu paz, para que las migajas se conviertan en abundante Pan.
Ayúdanos, Señor, a hacer memoria más allá del ritual y sentir que Tú estás entre nosotras  y  nosotros llamándonos servirte a Ti ya nuestro prójimo  ¡Aleluya! por Tu mesa, por Tu Sangre, por Tu Cuerpo, por Tu invitación eterna…¡Aleluya!... ¡Aleluya!
Carmen de Patagones
Caminábamos en silencio, acompañadas por el susurro del aguacero. 
Un alboroto de flores vagaba entre los árboles y las paredes de adobe mientras marchábamos en fila india bajo la lluvia guatemalteca. 
Éramos casi veinte mujeres, formando un grupo grande de pueblos originarios y comunidades negras de varios países de América Latina.
Íbamos a visitar una cooperativa de mujeres artesanas que fabricaban la ropa tradicional de la comunidad maya. 
Contemplaba delante de mí, la silueta de la hermana Gerarda. 
Ella, peruana, originaria del pueblo quechua, con trenzas largas y una cara que ya había visto varios veranos, pisaba delicadamente el camino de tierra. Le quedaban pocos dientes, pero tenía una sonrisa que le brotaba del alma. 
De repente, Gerarda se dio vuelta y exclamó: 
"Judith, ¡venga aquí que se va a empapar con la lluvia!", y levantó la manta que le cubría la cabeza y el cuerpo y abriéndola me invitó a meterme debajo de ella.
Así llegábamos al encuentro de la tarde, abrazadas y riéndonos, calentitas y secas, debajo de la manta de Gerarda. 
Éramos de mundos distintos, de tamaños distintos, de lenguas distintas, pero estábamos cubiertas por la misma manta.
Dice Jesús en el evangelio de Lucas 13:34b- "¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus pollitos bajo las alas...!"
Así estamos nosotros, reunidos como pollitos bajo las alas de Dios… ¿qué queremos agradecer y qué queremos pedir?

Una vez que quienes quisieron agradecieron y pidieron a Dios, se leyó comunitariamente este Padrenuestro:
Materno Padre nuestro que estás en los cielos, y aquí, en la tierra, junto a las personas; que compartes sus luchas y sus sufrimientos, sus risas y sus llantos, sus logros y sus fracasos, sus descansos y sus fatigas.
Santificado sea tu nombre a través de nuestro cotidiano compromiso para con tu reino, aquel que te pedimos que venga hoy a nosotros.
Que se manifieste en nuestro mundo a través de la dignificación de cada ser humano, de cada mujer y de cada niño.
Hágase tu voluntad de paz y de justicia, de libertad para todos y todas sin distinciones, de verdad y de amor solidario, de fraternidad y de comunión, aquí en la tierra, como en el cielo.
Permite a cada persona ganarse con su propio trabajo, sin necesidad de mendigar, su pan cotidiano.
Que no falte hoy ni nunca en ninguna mesa, para que no mueran ya niños de barrigas hinchadas de hambre y miseria, mientras otros pasean sin escrúpulos su opulencia.
Renueva el milagro, buen Dios, de aquellos panes y peces compartidos, con el que todos, por igual, se saciaron.
Perdónanos nuestras deudas, aquellas que otros cargaron sobre nuestras espaldas. Ya no soportamos su peso.
Y perdónanos también las nuestras, las de la mezquindad y el egoísmo, las del silencio y la inmovilidad, las de la falta de gestos concretos de caridad.
Perdona la hipocresía de un cristianismo declamado, de dogmas y credos, que no se traduce en nuestra cotidianeidad. Perdónanos todas las veces que tomamos en vano tu nombre para tapar nuestras cobardías.
Danos el valor de ir contra lo inhumano y lo indigno, para luchar contra la muerte que nos rodea, sembrando a cada paso semillas de vida y esperanza.
Enséñanos también a perdonar a nuestros semejantes, para que el perdón y el amor puedan transformar vidas y volvamos todos a ser hermanos y hermanas, compañeros y compañeras de ruta en el gran camino de la vida.
No nos dejes caer en la tentación de acomodarnos a situaciones de muerte. Danos, más bien, la fuerza necesaria para luchar por la vida, sembrando esperanza y celebrando nuestra fe en comunidad.
Mueve en nosotros el amor al prójimo. Porque sólo amando a quienes tenemos cerca te estaremos amando a ti.
Abre nuestros ojos para que vean el sufrimiento y nuestros oídos para que oigan los gritos de la humanidad que gime.
Danos corazones compasivos y manos solidarias.
Recrea en nosotros la sensibilidad.
Líbranos del mal de las excusas fáciles y baratas que pretenden justificar nuestras vidas sin sobresaltos porque somos incapaces de jugarnos por tu reino.
Líbranos de los prejuicios y de la discriminación, de la pretensión de creernos mejores que otros.
Líbranos del mal salario, de la mala educación, de la mala atención sanitaria, de los malos servicios, de los malos gobernantes, de la mala gente.
Líbranos del pecado del mal vivir.
Que tú quieres vida para tus hijos e hijas y la quieres en sobreabundancia.
Porque tuyo es el reino de amor, el poder que todo lo transforma y la gloria de tu gracia compartida.
Que así sea. Amén.
Comunidad de Coronel Suárez
La ofrenda fue destinada como todos los años durante el mes de Noviembre
Carmen de Patagones
a nuestro Hogar de Estudiantes Universitarios "La Casa de Lidia"
Este es el video que presentamos este año. La ofrenda se levantó cuando cantamos la última canción.

Que el Dios de Amor que compartió su amor nos fortalezca para amar a otros.
Que el Hijo que compartió su vida nos dé la gracia de compartir la nuestra.
Que el Espíritu Santo que habita en nosotros nos fortalezca para que siempre nos entreguemos a los demás. Amén.
Tomar conciencia del milagro de la vida y de nuestra imagen y semejanza al Dios tejedor, nos permite descubrir no sólo nuestra creatividad, sino lo importante que es que cuidemos los tejidos sociales, comunitarios y familiares.
Que Dios y las bendiga y ¡gracias por colaborar siempre con nuestro Hogar "La Casa de Lidia"!

Estela Andersen

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