martes, 28 de julio de 2015

Formando el arco iris - Devocionales del campamento

A través de los colores del arco iris fuimos reflexionando durante los días de campamento sobre los diferentes espacios litúrgicos y de introspección y su relación con nuestra vida cotidiana y nuestro testimonio cristiano.
¿Por qué el arco iris?
Porque es la señal que Dios mismo dejó en el cielo, después del diluvio, para recordarnos su pacto que establece que nunca más va a destruir el mundo, pero que nosotr@s nos comprometemos a no derramar la sangre entre los seres humanos. Pero también como símbolo de la diversidad, la inclusión y la unión de los y las pequeñ@s haciéndose fuertes. Es la bandera de los pueblos originarios, de la diversidad sexual, de las cooperativas, pero también de la bandera de Sudáfrica, en contra del Apartheit. Nosotros también adherimos a los colores del arco iris, porque creemos que es en la diferencia que está la riqueza.

Lunes de noche:
El devocional comienza al encenderse, en silencio, la vela blanca sobre la tela blanca en el piso, así comenzarán todos los devocionales durante el campamento. Alrededor, formando un círculo, hay siete velas de los colores del arco iris.
Dos jóvenes (varón y mujer), despliegan la primera tela de color fucsia, luego otr@ joven coloca un cartelito con la palabra  VIDA.
Otra joven enciende la vela color fucsia, todo esto mientras escuchamos "En nuestra oscuridad".
“Nos reunimos en nombre del Dios de la Vida,
para celebrar juntos/as la vida.
Reconocemos en el símbolo del arco iris,
a un Dios que quiere hablarnos,
que desea comunicarse,
que busca anunciarnos algo,
un Dios que nos dice
que quiere estar cerca de los suyos,
así como están cerca el cielo y la tierra.
Un Dios que nos anuncia
su perdón, lleno de cariño,
su amor que renueva esperanzas,
sus ganas de empezar otra vez.
Un Dios que dibuja colores en el aire
para decirnos: "Te quiero...".
Creador, nos sorprendes porque nos creaste llenos de paradojas:
Vivos,  y sin embargo muriendo;
Potentes, y sin embargo débiles;
Fuertes,  y sin embargo frágiles;
Dios íntimo, Tú conoces los secretos de nuestros corazones, mentes y cuerpos.
Tú nos conoces mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos.
Entiendes nuestras penas personales y las de nuestras comunidades,
Las heridas inferidas por enfermedades misteriosas;
Las heridas inferidas por otras personas;
Las heridas que nos inferimos a nosotros mismos.
Sanador Herido, sana a través de nosotros quienes están también heridos y heridas;
Y que esta sanidad sea también  nuestra sanidad.
Ayúdanos a perdonar a otros y a nosotros mismos. Amén.

 Martes de mañana:
Otra vez dos jóvenes (siempre varón y mujer) despliegan una tela, esta vez de color violeta, luego otr@ coloca la palabra  RECONCILIACION. 
Un joven enciende dos velas, la fucsia y la violeta.
Geraldina lee la primera parte de la parábola del hijo pródigo (o Padre amante, como se prefiere llamarla ahora), luego reflexionamos sobre el texto enfatizando el distanciamiento y los efectos de la "lejanía" respecto de Dios.
Mientras se escucha una música suave, en silencio cada joven es invitad@ a reconocer las cosas que en su vida lo/la alejan de la comunión con Dios.
Cada uno/a puede escribirlo en un papel o simplemente simbolizarlo en un papel,
que luego se coloca en un recipiente (mientras tanto escuchar la canción “Si fui motivo de dolor”).
Ese día nos lo tomamos para reflexionar acerca de lo que nos aleja de Dios y de las personas que nos rodean.
  Martes de noche:
Dos jóvenes encienden las velas fucsia y violeta, mientras acompaña una música suave.
Alguien viene...
Estamos esperando...
Alguien viene para dar dignidad a las personas que sufren desde hace mucho...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que están sin aliento...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que no tienen fuerza...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que desconfían de la justicia y de la solidaridad...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que no saben si las manos suyas van a trabajar mañana...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que no tienen ni madre ni padre ni amigos o amigas...
Estamos esperando...
Alguien viene a los que no tienen acceso a los medicamentos ni a los tratamientos...
Estamos esperando...
Alguien viene que se preocupa por los demás y convierte su preocupación en acción...
Estamos esperando...
Geraldina lee la segunda parte de la parábola del hijo pródigo (o Padre amante, como se prefiere llamarla ahora), y luego reflexionamos enfatizando en el encuentro y los efectos de la "reconciliación" respecto de Dios.
Hablamos acerca del perdón de Dios y la reconciliación entre nosotros.
Como un símbolo de reconciliación, después del perdón, quemamos los papelitos que fueron dejando en el devocional de la mañana y durante el día. Después nos abrazamos unos a otras como el gesto en particular esa vuelta a la vida.

Miércoles de mañana:
Dos jóvenes (varón y mujer) despliegan la tela con color azul, y otr@ coloca el cartel con la palabra  ENCUENTRO.
La gracia de Dios hace posible el encuentro entre cielo y tierra, entre el ser humano y Dios, y nos invita al encuentro con los demás.
Oremos:
SANTO Señor, Tú invitaste a todos y a todas a seguirte.
Tú tocaste a los leprosos y a las leprosas.
Tus pies fueron lavados con cabellos de mujer.
Llévanos a tu comunidad
donde la dignidad no se gana, pero se la concede gratuitamente,
donde el dolor no es evitado, pero está rodeado por el amor sanador,
donde estamos unidos los unos a los otros tanto en lágrimas y como en alegrías,
donde cada uno tiene su sitio de dignidad,
te lo pedimos por Jesús, el Cristo. Amén.
Siete jóvenes espontáneamente presentan a su manera sus oraciones a Dios por diferentes motivos (la creación, las relaciones entre las personas, etc.).
 Por casa intención encienden una de las velas de colores. Mientras tanto escuchamos una música suave.
Miércoles de noche:
Dos jóvenes (varón y mujer) despliegan la tela con el color verde y otr@ coloca el cartel con la palabra  ANUNCIO.
Estela lee el texto de Juan 1:35-50
Luego toma algunas de las frases que Jesús dice a lo largo del relato.
- "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera" (vs. 48).
Jesús nos ve bajo "nuestra propia higuera", en nuestra propia situación. ¿Cómo nos encuentra hoy Jesús? ¿Con cuántas ganas, con cuánta fe, con cuántas preguntas, con qué luchas y qué dificultades sin resolver, con cuáles sueños y esperanzas?

- "Entonces Jesús miró para atrás, vio que le seguían, y les dijo: ¿qué están buscando?" (vs. 38).
Casi todos nosotros buscamos algo en la vida. ¿Qué cosas andamos buscando hoy? ¿Creemos que lo que buscamos a veces con tanto empeño y sacrificio vale la pena? ¿La fe tiene que ver algo con nuestras búsquedas? Si Jesús mirara hoy hacia atrás, ¿nos encontraría siguiéndolo?

- "Jesús les contestó: Vengan a ver" (vs. 39ª).
La fe llama a una decisión personal, que ninguna otra persona puede tomar por nosotros. Jesús invita a cada persona a caminar con él, para "ver" con él lo 
que es la vida, para ir descubriendo juntos la alegría y los desafíos de la fe. ¿Qué esperamos ver junto a Jesús? ¿Hemos ya pasado por esta experiencia? ¿Queremos caminar con él?
Oremos:
Dios comprometido con nuestra historia cuya compasión desborda nuestra comprensión, te agradecemos por todos los que se preocupan.
Te agradecemos por las iglesias que libremente van más allá de sus muros, por las personas preparadas para dar de sí mismos, por los que ofrecen gracia en lugar de ofrecer culpa y esperanza en vez de juicio.
Esperamos tu sanidad que es vida perpetua y amor eterno, en Jesús el Cristo. Amén.

Jueves de mañana:
Dos jóvenes (varón/mujer) despliegan la tela con el color amarillo y otr@ coloca el cartel con la palabra  COMUNION.
Luego de la vela blanca se encienden las velas fucsia, violeta, azul, verde y amarillo.
Escuchamos la letra de Agarrate Catalina
Reflexionamos acerca de la comunión, del encuentro, del compartir.
Luego hablamos acerca de la comunión en el espacio litúrgico, específicamente de la Santa Cena. Este símbolo de reconciliación, de encuentro, de inmenso amor de Dios hacia la humanidad, es una manifestación clara del deseo de nuestro Padre de tener una plena comunión con sus hijos e hijas, con cada uno de nosotros. Una comunión a la que todos somos invitados por la sola gracia de Dios.
Señor, dame tu mano y conduce mi vida.
Guía mis pasos para que camine segur@.
Sobre las alas de tu misericordia me siento protegid@.
En el regazo de tu bondad, encuentro descanso verdadero.
En días de miedo y angustia, abrígame en tu poder.
En momentos de ansiedad, haz caer sobre mí tu paz.
Al sentirme frágil, ayudame a tener esperanza.
Cuida de mí y de mis amad@s. Cuida de mi destino.
Cuando me acuse la culpa, acógeme en tu gracia.
Absuélveme del pecado y hazme renacer de tu perdón.
Si caigo, permite que caiga en tus manos.
Si permaneciera caid@, dame tu compañía.
Sea como fuera, cúbreme con el manto de tu amor.
Gracias por tu cuidado, gracias por tu salvación.
Ahora dame la bendición que tanto ansío. Amén.
Rodolfo Gaede Neto
Durante todo el día la propuesta fue pensar acerca de esta mesa enorme en donde hay lugar para tod@s.
Jueves de noche:
Esta vez realizamos el devocional antes de la cena para unir los dos momentos y vivirlo como un mismo momento de comunión.
Después de encender las velas reflexionamos acerca del origen y del significado del ofertorio.
Benjamín y Diego buscaron el pan y la copa y los llevaron al espacio del devocional.
Oremos:
Señor, vengo a ofrecerte la estrella de mis días, la estrella que dicta la memoria, la frutal ascendencia de lo divino.
Señor, la menudencia de los días, el esplendor de acercarnos a la vida, es la estrella que te entrego.
Toma la mínima luz, la grandeza iluminada y sea el gozo, el ofertorio perenne que se convierte en vida y nuevamente en estrella. (Mirna Figueredo / Reinaldo García)
Luego pasamos el pan
y la copa mientras pasaba una música suave.
Finalizamos con la canción "Cuídame" de Pedro Guerra y Jorge Drexler

Viernes de mañana:
Dos jóvenes (varón/mujer) despliegan la tela con el color naranja 
y otr@ coloca el cartel de la palabra  COMPROMISOS.
Una joven enciende las velas fucsia, violeta, azul, verde, amarillo y naranja.
Después se invitó a que armen entre tod@s una cadena con los papeles que estaban dispuestos sobre las telas.
Una vez cerrada la cadena
tiraron de ella y descubrieron su fragilidad... porque era de papel.
Todos los seres humanos estamos comprometidos con nosotros mismos para alcanzar la felicidad. Pero ¿lo estamos para luchar por lo que se nos ha dado en nuestra vida para ser y llegar a ser, dentro de nuestro propio corazón y alma alcanzando: santidad y perfección, libertad y amor tomando las riendas de la verdadera dicha?
¿Cuántas veces sabemos que estamos comprometidos con Dios, con nosotros mismos, con quienes nos aman, con quienes nos conocen y aún sólo con quienes de alguna manera se encuentran con nosotros sólo alguna vez en la vida?
¿Cuál es ese compromiso?
Este compromiso empieza desde el momento en el que tenemos uso de razón. La juventud, es la mejor etapa en lo que nuestros compromisos toman fuerza y lo dan todo para poder llegar. Se aprende entonces a no desistir, a continuar a pesar de cualquier obstáculo y a seguir para alcanzar. De esta manera la voluntad se doblega ante el deber, y con el paso del tiempo, aprendemos que el comprometernos es sinónimo de crecimiento en todos los sentidos de nuestra vida, siempre y cuando nuestros compromisos sean para alcanzar el bien, el amor, la paz y la armonía general.
Podemos comprometernos y no llegar, pero podemos comprometernos y alcanzar. Todo dependerá de la fuerza del amor que viva en ti para luchar, perseverar y así alcanzar.
Dejamos la cadena como símbolo para ir pensando durante el día sobre los compromisos.
 Viernes de noche:
Benjamín y Jonás encendieron todas las velas menos la roja, que era para el sábado.
Después de reflexionar acerca del gesto realizado en la plaza Rivadavia ese mediodía y cómo a través de los tiempos los cristianos y cristianas se han comprometidos con las causas que defienden la vida, se invita a al grupo a compartir los compromisos pensados durante el día, se reparten papeles de colores y cada uno los escribe allí,
y deja el papel junto a la cadena que quedó desde la mañana.
Estamos viviendo tiempos críticos en los cuales se han levantado personas predicando un evangelio fácil que no demanda consagración ni esfuerzo. Son personas que no están interesados en la formación del carácter de los cristianos sino solamente en tener cantidades de personas en sus iglesias. Jesucristo se enfocó más en la formación que en la cantidad, ésta vino después cuando los discípulos bien formados hicieron crecer la iglesia.
Ahora nosotros tenemos que decidir que clase de cristianos queremos ser: seguidores sin compromiso o discípulos cristianos verdaderamente comprometidos con el reino de Dios. Si no nos comprometemos no duraremos mucho, cualquier situación negativa nos detendrá. Pero si nos comprometemos seremos perseverantes, lucharemos con todo y ayudaremos a  otros a conocer a Jesús. Decidámoslo ahora.
Padre Nuestro que estás aquí mismo envolviéndolo todo con Tus alas,
sea santo Tu nombre y yo santificada al pronunciarlo.
Tu reino es mi esperanza y ojalá sea hecho 
antes de que perezcan los girasoles del verano. 
Hágase a voluntad tuya la ruta de los pájaros que espero,          
y el camino, y el mar y el Amor que demandan así mi cielo como mi tierra.
El pan que necesito cada día no me lo des. 
Yo solo quiero el trigo, las semillas y un poquito de sol. 
Perdóname si pido mucho o si no sé pedirte. Te lo debo.              
Hay quien me debe lágrimas y noches, mas no quiero acordarme.
No me dejes caer en la tentación y líbrame de una vez, 
del temor a mirar de frente y decir claro, 
del mal que siempre trae cerrar los ojos ante el horizonte de los Sueños,  
y sobre todo, de no desear al borde del abismo llamarte: Padre Nuestro.
(Daylíns Rufins, Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba)
Finalizamos con "El poder del abrazo"

Sábado de mañana:
Dos jóvenes (varón/mujer) despliegan la última tela con el color rojo y  otr@ coloca el cartel con la palabra  BENDICION.
Luego reflexionamos acerca de la bendición. ¿Qué es una bendición y quién la da? ¿Por qué bendecimos y cuál es su fuerza?
Cada uno de los y las jóvenes enciende una vela compartiendo qué es lo que desea que Dios bendiga en su vida.
Luego se reparten papeles con una bendición africana para que la leamos tod@s junt@s, colocando la mano sobre la cabeza del/la que está a la izquierda:
Dios te bendiga 
y te de siempre y cada vez
la bendición de los lugares vírgenes:
la calma,
el agua fresca,
los horizontes amplios,
el cielo abierto,
y las estrellas,
que iluminan tu sendero en la oscuridad.

Que la tierra que pisas
haga bailar tus pies,
y fortalezca tus brazos;
y llene tus oídos de música
y tu nariz de perfumes dulces.

Que los cielos que están sobre ti
llenen tu alma de ternura,
y tus ojos de luz,
colmen de alegría tu corazón
y pongan una canción en tu boca.
Que Dios te bendiga con el amor de siempre
que Dios te ilumine después de cada tormenta
con los colores del arco iris
que Dios te regale sueños de luz para seguir adelante.
Que Dios te bendiga con el amor de siempre. (G.O.)
Todos los devocionales los acompañamos con música suave, tipo Taizé, buscando generar un clima de intimidad e introspección. La intención es darle a los y las jóvenes una herramienta de conexión con Dios y consigo mism@s para que puedan llevar una vida en armonía y paz interior.

Estela Andersen

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